Uribe sabía que a Álvaro Gómez lo mataron las FARC y aún así se alió con tres narcotraficantes para timar a la justicia con un montaje

29 Octubre, 2020
  • La Nueva Prensa revela video de 2007 en el que Uribe afirmó ante un grupo de militares que a Gómez Hurtado lo asesinaron las FARC


Por GONZALO GUILLÉN Y JULIÁN F. MARTÍNEZ

El ex presidente Álvaro Uribe sabía —por lo menos desde el 21 de noviembre de 2007— que las FARC habían asesinado al líder conservador Álvaro Gómez Hurtado. Lo afirmó en un discurso que pronunció en el Club Militar de Bogotá ante un grupo de oficiales de las fuerzas armadas. Este pronunciamiento fue grabado y La Nueva Prensa obtuvo copia que reproducimos aquí. No obstante, en 2016 comenzó a coaligarse con tres narcotraficantes colombianos presos en Estados Unidos con el propósito de desviar la investigación del magnicidio.

Esos delincuentes comenzarían por rendir declaraciones falsas en favor de su hermano Santiago Uribe, quien hoy espera sentencia en un juicio en su contra como acusado de 533 asesinatos cometidos por los escuadrones de la muerte del ejército paramilitar Los 12 Apóstoles, el que dirigía y financiaba.

El 21 de noviembre de 2007, Uribe pronunció un discurso deplorando la instauración de la elección popular de alcaldes durante el gobierno de Belisario Betancur y recordó que el acto legislativo correspondiente fue presentado “por el entonces senador Álvaro Gómez Hurtado (…), también víctima de esos terroristas [de las FARC]”.

 

En 2010 y 2012, José Obdulio Gaviria, el asesor ideológico más cercano de Uribe en su gobierno doble (2002-2010) y fuera de él, publicó al menos cuatro trinos en su cuenta de Twitter para poner de presente que a Gómez Hurtado lo asesinaron las FARC, lo que fundamentó con documentación auténtica de esa guerrilla que obtuvo por medio de la llamada “inteligencia militar”.

 

Las propias FARC, por medio de su actual senador Julián Gallo, conocido en la guerra como “Carlos Antonio Losada”, reconoció recientemente ante la Jurisdicción Especial para la Paz la autoría del asesinato de Gómez Hurtado en cumplimiento del compromiso de revelar la verdad a cambio de beneficios jurídicos pactados en las negociaciones de La Habana. El nuevo partido político creado por las FARC, informó a La Nueva Prensa que hará más revelaciones sobre otros crímenes y entregará las pruebas que posee para demostrar que, en efecto, mató a Álvaro Gómez Hurtado, el 2 de noviembre de 1995.

           

          El montaje de Uribe

Uribe fue llevado por la Corte Suprema de Justicia a rendir indagatoria el 8 octubre de 2019, en un caso en el que fue descubierto por ese tribunal tratando de coaccionar y extorsionar al testigo en su contra Juan Guillermo Monsalve, preso en la cárcel La Picota, de Bogotá, por los crímenes que cometió cuando servía como sicario de la familia Uribe Vélez en su finca Guacharacas, donde fue criado.

Las presiones contra el testigo Monsalve, de acuerdo con la Corte Suprema de Justicia, las hizo fundamentalmente con sus abogados Jaime Lombana y Diego Cadena, así como con el representante a la Cámara Hernán Prada.

A pesar de que el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado no venía al caso, Uribe reveló el montaje completo que había urdido para cambiar el curso de la investigación por el crimen –según dijo– con la ayuda de los abogados Diego Cadena (hoy preso) y Abelardo de la Espriella, radicado en Miami y conocido en estos días por sus nexos con Alex Saab, el prófugo lavador de activos del dictador venezolano Nicolás Maduro.

Uribe comenzó así, con la venia del magistrado instructor, César Reyes:

“Si me permite, es una historia que me toma varios minutos, honorable magistrado. Lo que le voy a relatar obra en el expediente del doctor Álvaro Gómez Hurtado en la Fiscalía General de la Nación”.

Comenzó por asegurar que el 17 de noviembre de 2016, el delincuente convicto Andrés Felipe Arias (ex ministro de Agricultura de su gobierno) lo llamó a declarar en su favor para tratar de conseguir libertad provisional en Estados Unidos mediante el pago de una fianza de 10 mil dólares. Uribe dice que respondió a ese llamado del criminal prófugo en ese momento de la justicia colombiana y este le contó que “en las cárceles de Estados Unidos” supuestamente se estaba fraguando un montaje judicial en contra de su hermano, granjero y carnicero Santiago Uribe Vélez, preso y procesado por la conformación de escuadrones de la muerte del narcotráfico.

Agregó Uribe:

“Primero, a finales de 2016 yo soy llamado a asistir a una audiencia contra Andrés Felipe Arias por un juzgado de Miami. ¿Por qué, honorable magistrado? Porque yo había enviado una declaración escrita diciendo que Colombia no tenía tratado de extradición con Estados Unidos, que no tiene, porque la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, creo que en el año 86, declaró inexequible la ley ratificatoria”.

Prosiguió:

“Y me dice [Arias]: yo le quiero decir que en esta cárcel hay comentarios. Aquí están personas que usted ha extraditado y hay comentarios de que lo que hay contra su hermano es un montaje para vengarse a la extradición suya. Yo regreso a Colombia muy conmovido por el tema, le digo al doctor Granados, pasan esos meses que restan de 2016, percibí que no es del temperamento del doctor Granados irse a una cárcel de Estados Unidos a hacer esas corroboraciones pero yo muy intranquilo”.

 

Uribe sostuvo que el 3 de febrero de 2017 voló de Barranquilla a Miami y esa misma noche, al llegar, lo buscaron Isaac Yanovich, ex presiente de la estatal Ecopetrol; “unos señores de Cartagena” y Abelardo de la Espriella quien iba acompañado por Ernesto Yamhure, célebre porque escribía en el diario El Espectador columnas que le dictaba el narcotraficante y genocida Carlos Castaño Gil, razón por la cual renunció y se fue de Colombia.

En ese encuentro, Uribe –según su declaración a la Corte Suprema– le pidió a de la Espriella “confirmar” en los Estados Unidos los datos que le había entregado Andrés Felipe Arias en noviembre de 2016.

Uribe declaró que de la Espriella le dijo que eso era “verdad”.

 

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Continúa Uribe:

“Yo le dije, doctor Abelardo, usted que –¿de dónde viene la relación mía con Abelardo de la Espriella?, le digo, porque él llegó ahí. Yo, por mi vinculación a Córdoba, conocí al papá de Abelardo, siempre me pareció un hombre honorable, un gran luchador, un hombre culto, y se le nombró notario, siendo yo presidente y tuvo mucho éxito en esa notaría y esa familia me quiere-, entonces le dije, `doctor Abelardo Jr., ¿usted que ejerce el derecho penal, que está radicado aquí, en los Estados Unidos, yo recibí esta información de la cárcel, me la dio Andrés Arias´. A los pocos días él [de la Espriella] me llamó y me dijo: ‘Sí’, ‘ese comentario es verdad’. En esos días de febrero me operan a mí de la próstata, honorable magistrado, tengo como cuatro semanas de convalecencia, más los días de clínica, pero yo me dediqué en mi casa, en mi casa, a recibir delegaciones políticas de los municipios, recibí delegaciones de 84 municipios de Antioquia, conversé con ellos y procuré hacerles una atención amable, ahí, que con una arepa, que con un quesito antioqueño, fueron delegaciones de siete departamentos de Colombia. Llegaban en buses etcétera, los recibí con cariño”.

Uribe agrega que para la época de esos hechos fue cuando conoció al abogado Diego Cadena. Asegura que se lo presentó su primo el delincuente convicto Mario de Jesús Uribe Escobar, condenado en 2011 por sus vínculos con el paramilitarismo y quien en el pasado estuvo envuelto con Santiago Uribe en la manipulación de testigos contra el ex magistrado auxiliar de la Corte Suprema, Iván Velásquez Gómez, en un caso conocido como “Tasmania”.

Avanza Uribe en la declaración que esperaba le creyera la Corte Suprema:

“Esas mismas semanas, sigo yo recibiendo comunidades ahí en mi casa, llegó el doctor Mario Uribe, primo segundo mío, con Diego Cadena, a quien yo no conocía. Y le dije: ‘el informe que tengo es este’, los mismos comentarios que le hicieron a Andrés Arias en la cárcel de Miami, que corroboró el doctor de la Espriella, los hicieron en esa cárcel, posteriormente, al doctor Diego Cadena, entonces él dijo que tenía que hacer contacto conmigo. No sabía cómo. Y un abogado de Manizales le dijo: ‘hombre, yo conozco al doctor Mario Uribe, que es primo de él, él lo lleva’. Entonces, Diego Cadena dice que por ese abogado de Manizales le pidieron a Mario Uribe que lo llevara a mi casa, hasta ahí interviene Mario Uribe. Entonces, me dice Diego Cadena: ‘yo soy Diego Cadena, ¿usted ha preguntado por esto a presos que están en la cárcel de Miami?’. Sí. Le conté la historia, lo dijo Andrés Arias, que está en esa cárcel, le pedí una segunda opinión corroborar esto con el doctor Abelardo de la Espriella, dice que esos comentarios se han hecho en la cárcel”.

Los tres supuestos testigos que aportarían esta información para tratar de salvar de la justicia al hermano de Uribe, eran:

1. Juan Carlos Sierra Ramírez, alias “El Tuso”. Narcotraficante extraditado a Estados Unidos en mayo de 2008 y vinculado al escándalo de alias “Tasmania”. El 28 de febrero de 2017, veinticinco días después de que Álvaro Uribe le pidiera a Abelardo de la Espriella corroborar la versión de Andrés Felipe Arias, la Fiscalía le archivó una investigación al abogado, que había sido acusado por “El Tuso” en 2010 de recibir pagos ilícitos de las autodefensas, pero este narcotraficante se retractó. En esa semana, “El Tuso” se comprometió a ser testigo a favor de Uribe.

2. Diego Pérez Henao, alias “Diego Rastrojo” o alias “Vinagre”. Este narcotraficante y paramilitar es el mismo criminal con el que pretendieron intimidar al periodista Daniel Coronell de acuerdo con una conversación telefónica entre Diego Cadena y su hermano alias “Miami” o “Tin Cadena”.

3. Ramón Quintero Sanclemente, narcotraficante del Valle del Cauca.

 

Los falsos testimonios en respaldo de Santiago Uribe Vélez fueron introducidos con un anzuelo que hasta hoy tiene mordido la Fiscalía General de la Nación: aquellos tres delincuentes sabían algo más grave, cómo y quiénes asesinaron a Álvaro Gómez, víctima no de las FARC, sino del propio estado colombiano.

Uribe tiró así la carnada en la Corte Suprema de Justicia:

“Y entonces le digo yo, esto es tan grave que yo voy a llamar al Fiscal General de la Nación, y a través del doctor Honorio Henríquez, senador de la República, compañero mío, le digo, mire, cuéntenle esto al fiscal. Honorio lo que me dice es que el doctor Diego Cadena vaya donde el fiscal del caso de su hermano [Santiago Uribe], que es el doctor Carlos Iván Mejía. Efectivamente, el doctor Diego Cadena me dice que fue allá y que lo que le dijo el doctor Carlos Iván Mejía es ‘¿estos señores van a declarar contra Santiago Uribe?’ Y el doctor Cadena le dijo no, es lo que me informa él. Entonces él regresa a mi persona y me cuenta eso y le dije: hombre, entonces lo que hay que traer son unas declaraciones de la verdad y allegarlas a la Fiscalía donde esté el caso de mi hermano y el de Álvaro Gómez Hurtado. Él al tiempo lo que me traen son, yo llamaría en mis palabras, no sé si falló en el tecnicismo, tres notas donde ellos ofrecen declarar, creo que “Don Berna”, el señor “Diego Rastrojo” y el otro es el señor Sanclemente, el señor Ramón Quintero Sanclemente, y dos de ellos creo que hablan, que están interesados en el caso de Santiago Uribe y en el caso de Álvaro Gómez Hurtado, para llevar eso le pedí directamente al fiscal general Néstor Humberto Martínez una cita”.

El 15 de agosto de 2017 Uribe se las entregó al entonces fiscal general, Néstor Humberto Martínez, como lo reveló La Nueva Prensa el pasado 7 de octubre. Una publicación que desbarató este montaje que durante cuatro años se ha estado preparando, contra toda evidencia.

Uribe recompensó los falsos testimonios de esos narcotraficantes solicitando abiertamente para ellos rebajas de penas y otros beneficios a cambio de su colaboración con la justicia en un magnicidio que la Fiscalía no ha podido o no ha querido esclarecer en 25 años.

 

Con este andamio de falsas informaciones quedaban bien servidos los tres narcotraficantes con el favor y el pedido personal de Álvaro Uribe al fiscal general para rebajarles las penas. También resultaba beneficiado su hermano Santiago con los embusteros testimonios de los delincuentes.

Dijo Uribe en su indagatoria en la Corte Suprema de Justicia:

“En el momento en que yo estoy en el despacho del fiscal general de la Nación, para entregarle esos tres elementos, lo llama a él el presidente de la Corte Suprema, él se hace a un lado y me dije: no, esto que se había anunciado del Cartel de la Toga, acaba de estallar. Bueno yo esperé, le entregué eso, le conté la historia y oiga, honorable magistrado, lo que le dije a mis asesores: yo acudí ahí con Honorio Henríquez y en ese momento estaban de asesores míos dos personas que hoy son congresistas: la senadora Ruby Chagüi, que me asesoraba en prensa desde muy niñita, andaba conmigo por mi amistad con su familia, y el hoy congresista Juan Manuel Daza, les dije miren, esto coincide con lo del Cartel de la Toga, esta noticia nuestra va a ser intrascendente y me dijo Ruby qué hacer, lo de siempre, yo le comunico al país, a qué vengo a la Fiscalía”.

La investigación “concluyente” de la fiscalía colombiana que estaba por anunciarse en sesión solemne, concluía que el asesinato de Álvaro Gómez fue ordenado por el entonces presidente Ernesto Samper (cuya triunfo electoral fue comprado con dineros del cartel de Cali). El ministro del Interior, Horacio Serpa, recibió la orden, se la transmitió al narcotraficante Orlando Henao Montoya y este dispuso que el magnicidio lo cometiera el tenebroso coronel y narcotraficante de la Policía Nacional Danilo González. El crimen se logró cometer con información que entregó Ramiro Bejarano, para la época director de la desaparecida policía política DAS.

Pero todo se derrumbó.