Síntoma y signos

31 Agosto, 2023

Por ADRIANA ARJONA

 Ya nadie se acuerda del Covid. Pero hay síntomas de enfermedad por todas partes. Síntomas de males acaso peores. Y más antiguos, sin duda. En algunos casos, señales preocupantes que afectan al mundo y ponen en riesgo la supervivencia del género humano. En otros casos, manifestaciones locales –igualmente evidentes y alarmantes– que tal vez no suponen contingencias para la conservación del planeta, pero sí para los derechos de las personas.

Los incendios en Canadá, Maui, Grecia y Tenerife, lugares donde se ha decretado estado de emergencia y se corre contra el tiempo para evacuar pueblos enteros, constituyen uno de esos síntomas. Mientras algunas personas se ven obligadas a decidir si morir quemadas o ahogadas, como dijo un sobreviviente de la isla hawaiana, los demás no hacemos lo suficiente para detener lo que provoca que cada año las temperaturas se eleven a niveles insoportables para los seres vivos.

Por mero instinto, deberíamos ser más responsables, más conscientes. Pero no lo somos. Y la velocidad del mundo tampoco lo permite. Es difícil detener en seco el hiperconsumo, la producción de gas metano o el uso del plástico, mientras nos bombardean con la oferta de productos que no necesitamos o que hacen daño al medio ambiente.

El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, en Ecuador, ejecutado por sicarios importados de Colombia (un modus operandi menos sofisticado pero igual de tenebroso al homicidio del presidente de Haití) es otro síntoma de descomposición social. A los pocos días, mataron al alcalde de Manta, la tercera ciudad más importante de ese país. Es fácil ver el destino que le espera a Ecuador, una nación que, como Colombia, ha entrelazado poderes inmensos e inmensamente peligrosos: política y narcotráfico.

La selección española ganó el Mundial de Fútbol Femenino y el señor Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, agarró con las dos manos la cara de una de las jugadoras y le estampó un beso en la boca, sin su consentimiento. Ni con la lucha que hemos dado las mujeres para demandar el respeto que merecemos en todos los escenarios se logra el trato digno por parte de los hombres poderosos. Mal síntoma.

Nayib Bukele, primer mandatario de El Salvador, es elegido como el mejor presidente de Latinoamérica. Un hombre que para bajar la estadística de homicidios comete otro delito, es decir, pasar por encima de los derechos humanos de los detenidos.

Cerrar a mayo de 2023 con cero homicidios a nivel nacional es una cifra estupenda, ciertamente. Pero es un síntoma preocupante que para lograr ese 0, se requiera un 100% de represión. La pregunta es, ¿cuánto durará esa dicha en El Salvador?¿Con qué fuerza se devolverá ese bumerang? ¿Quién trabaja sobre el problema de fondo? ¿Cómo se cambian las bases estructurales de la violencia de las maras, es decir, de la verdadera enfermedad?

Otro síntoma preocupante: hay motivos que indican que Javier Milei será el próximo presidente de Argentina. Si esto sucede, si la mayoría vota a un hombre que, según el propio Milei, se lanzó como candidato tras un mensaje que el mismísimo Dios –a quien llama “el número 1”– le dio a través de su perro muerto, quiere decir que el país austral está presentando síntomas de un trastorno mental colectivo.

La enfermedad psicogénica en masa no es algo nuevo. Ya en la Edad Media se observaron las Epidemias de la Danza, eventos en los que la gente bailaba en grupo de manera frenética hasta caer inconsciente a causa del agotamiento físico; o los Brotes de Locura Colectiva en las fábricas tras la revolución industrial, a causa de las extensas jornadas laborales; o la Epidemia de la Risa en Tanganica a mediados del siglo pasado, cuando las carcajadas imparables de unas niñas lograron contagiar a cientos de otros estudiantes e incluso a algunos adultos. No sé si la danza y la risa les durarán demasiado en Argentina si gana Milei e impone la suerte de locuras que ha propuesto en campaña.

Y la cereza sobre el helado de los síntomas: Bad Bunny, un reguetonero sin voz y sin gracia (en mi humilde opinión), fue elegido como Mejor Artista del Año en los premios MTV; síntoma de que los tímpanos de gran parte de la población mundial están atrofiados, sufren de alguna malformación congénita o tienen daños irreparables por oír letras como las de Tokischa (la que tiene “un delincuente en su habitación, que le rompe el culo en cuatro después que se lo mama”), o canciones como las de Peso Pluma, el rey de los corridos tumbados, que hace dúos con otros grandes exponentes del desafine como Anuel y Natanael, quienes difícilmente alcanzan una nota incluso haciendo uso de la tecnología autotune.

Por suerte, así como hay múltiples síntomas de enfermedad también hay signos de mejoría en otras áreas:

El profesor asociado de química Guoliang Liu, y un grupo de investigadores de Virginia Tech, han desarrollado un método para reciclar plástico y transformarlo en productos tensioactivos, utilizados para la fabricación de jabones y detergentes. Si funciona como esperan, y tras la implementación de un programa global, este sería un método de reciclaje del polietileno, material que ha creado un continente de basura debido a que casi todo lo que compramos y consumimos está empacado o envasado en plástico. Iniciativas que se suman a la inminente necesidad de reutilización de materiales, la lucha contra la contaminación plástica y la producción sostenible. ¡Buenísima señal!

Team Robotics del Pacífico, compuesto por un grupo de estudiantes del Chocó, uno de los departamentos más olvidados y pobres de Colombia, ganó el Torneo Mundial de Robótica 2023, por encima de competidores de doce países, incluidos China, Japón y Corea. Vendiendo lechona y haciendo rifas, cubrieron los gastos necesarios para participar en el evento con su proyecto. Un signo de tenacidad e inteligencia que, inevitablemente, abre una pregunta: ¿qué lograrían estos jóvenes en el campo de la tecnología si el Estado dejara de ser tan ingrato y reconociera, al fin, la riqueza humana y natural de ese Chocó portentoso?

Otra señal magnífica: una a una, renunciaron las jugadoras de la Selección de España, tras la “disculpa” de Luis Rubiales por plantarle un beso en la boca a Jenni Hermoso. Las chicas dijeron que no jugarían un solo partido mientras el directivo permaneciera en su posición pues, contrario a lo que dijo la número 11, Rubiales aseguró que el beso fue “espontáneo, mutuo, eufórico y consentido” y repitió cinco veces seguidas un soberbio “no voy a dimitir”. Los signos de fortaleza de ese “falso feminismo”, de esa “gran lacra”, como catalogó Rubiales al pedido de respeto por parte de las campeonas del mundo, nos dicen que vamos en franca mejoría.

India llegó a la Luna el 23 de agosto de este año y ya ha dado paseos con su simpático Pragyan en la zona antártica del satélite. El objetivo de esta misión era realizar un alunizaje suave en una región hasta ahora inexplorada por el hombre, el polo sur lunar, pero también analizar el terreno y verificar la posible presencia de agua congelada.

India es el cuarto país del mundo –después de Estados Unidos, Rusia y China– que logra alunizar, y es un buen signo que existan hoy varias potencias espaciales, y que los descubrimientos y saberes que se obtengan a partir de este tipo de exploraciones estén en cabeza de varios países, y no monopolizados por tan solo dos.

Otro signo esperanzador: siguen naciendo personas con vocación de servicio, como los bomberos que luchan contra incendios imposibles. Ellos saben que así como julio de 2023 fue el mes más caliente de la historia de la humanidad, lo más seguro es que en los próximos años los incendios forestales se presenten de manera anual y aún más feroces, como viene sucediendo en la última década, en diferentes partes del mundo. Los bomberos saben, también, que dichos incendios son tres veces más nocivos que los de antaño, y que su labor es esencial para evitar muertes, heridos, contaminación del agua potable, así como para proteger fauna y flora en vías de extinción. Es buena señal que existan seres tan valientes y devotos. ¿Tendrán algo diferente en su ADN?

Tal vez esa pregunta nos la puedan resolver pronto, pues más de cien científicos han trabajado en equipo durante años para descifrar el cromosoma Y, el cual constituye la última pieza del mapa del genoma humano. Queda mucho por estudiar y entender, pero sin duda este descubrimiento aportará a la prevención de muchas enfermedades, incluido el cáncer, y contribuirá al diseño de diagnósticos más acertados en los tiempos venideros. También podría explicar el tamaño de los cojones con que nacen los bomberos. Mejor señal, imposible.

Y un signo extraordinario: hace unos días, unos amigos del Caquetá le trajeron a mi familia un regalo inigualable: se trata de unos huevos de gallina de campo, a las cuales les ponen reguetón en la mañana y música clásica en la tarde. Dicen que gracias a este tratamiento de estimulación con música crossover se han logrado los huevos más deliciosos que alguien haya probado jamás. No sé si dentro de la selección del DJ estarán Bad Bunny y Tokischa. Pero el solo imaginarme a un grupo de gallinas “perreando” es algo que me alegra el día. El experimento de la gente del Caquetá es un signo de buen humor, tan necesario (casi medicinal) para sobrevivir en este planeta decadente.