Fiscalía no quiere judicializar a Carlos Mattos Barrero como autor intelectual de una masacre en Cesar, denuncia uno de los autores materiales

19 Marzo, 2022
  • Uno de los asesinos de una masacre en la que, en septiembre de 1996, fueron fusiladas por paramilitares once personas inermes, denunció que quien financió y planeó el crimen es Carlos Mattos Barrero, presidente de Hyundai Colombia. No obstante, la Fiscalía de Valledupar que lleva el caso cambió el segundo apellido por el de Carlos Mattos Liñán. Esta misma versión coincide con tres declaraciones distintas de otros paramilitares, vertidas en tiempos e instancias diferentes.


Por DIANA LÓPEZ ZULETA

El paramilitar convicto del Bloque Norte de las Autodefensas Luis Carlos Ávila Teherán, alias “Barranquilla”, denunció que la Fiscalía General de la Nación en Valledupar se niega a judicializar al empresario Carlos Mattos Barrero por una masacre que él, personalmente, le encomendó. Fueron asesinadas y desaparecidas 11 personas señaladas por Mattos Barrero en un operativo en el que participaron 25 hombres que recogieron a las víctimas, a lo largo de una caravana de la muerte, en Becerril, La Jagua del Ibirico y Codazzi (Cesar), el 23 de septiembre de 1996.

Carlos Mattos Barrero nació en Codazzi, en 1947, y es uno de los terratenientes más grandes de la región.

“Barranquilla” es uno de los fundadores del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Delinquió bajo las órdenes de los jefes paramilitares Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40”, y Salvatore Mancuso, alias “El Mono”. Hoy se encuentra preso en la cárcel Tramacúa, de Valledupar, donde purga múltiples condenas por homicidios, secuestros, desaparición forzada, desplazamientos de poblaciones y concierto para delinquir.

La masacre del 23 de septiembre estuvo al mando de alias “Barranquilla” y el caso penal correspondiente continúa abierto en la Fiscalía Quinta Delegada ante los Jueces Especializados de Valledupar, a cargo de Nancy del Carmen Martínez Iglesias, que reemplazó en esa posición a Olga Lucía Rivero Navas, Fiscal Octava que antes estuvo encargada de llevar esa causa judicial. En este caso, “Barranquilla” ha sido persistente en afirmar que quien contrató la comisión de la masacre y entregó la lista de personas que debían ser asesinadas fue Carlos Mattos Barrero, “el presidente de la Hyundai”, insiste él, pero la Fiscalía cambió el segundo apellido para señalar a Carlos Mattos Liñán.

Citación a diligencia en mayo de 2020. El segundo apellido del autor intelectual fue cambiado, de acuerdo con Luis Carlos Ávila Teherán, testigo y uno de los autores materiales de la masacre.

 

La Nueva Prensa preguntó por escrito a la fiscal Martínez Iglesias a qué se debe el cambio de apellido, pero no contestó.

Constancia de envío de mensajes por correo y Whatsapp a Nancy Martínez Iglesias, Fiscal Quinta Delegada ante los Jueces Especializados de Valledupar.

 

“Barranquilla” ha dicho, en diligencias judiciales, que no hablará más hasta que corrijan el nombre del que él señala como verdadero autor intelectual: Carlos Mattos Barrero —recientemente deportado desde España y hoy preso en la cárcel de Cómbita, Boyacá—, acusado de haber sobornado a dos jueces civiles en Bogotá.

Para la masacre de septiembre de 1996 fue llevado al Cesar un refuerzo de asesinos del Bloque Norte que provino de la región de Urabá, contó “Barranquilla” a La Nueva Prensa. La masacre fue planeada en El Difícil, Magdalena, en la finca de propiedad de Mattos Barrero. Allí, este último entregó un listado de supuestos guerrilleros que debían ser asesinados por orden suya. Jhon Jairo Esquivel, alias “El Tigre” fue otro de los paramilitares que participó en la masacre. Baltazar y Santiago Tobón eran los comandantes de las AUC en ese momento. 

“Yo le dije a la Fiscalía que él [Carlos Mattos Barrero] había dado nombres, que era el que había dado el listado, que eso lo hicimos por complacencia de él (…) Esto tiene que saberlo el país porque un señor de esos, que dio listas, que dio todo… Aquí en Valledupar todo lo engavetan esos fiscales”, advirtió alias “Barranquilla”.

La incursión comenzó a las 11 de la noche. De las 17 personas que recogieron durante esa caravana de la muerte, únicamente cinco se salvaron de morir, pero las mantuvieron secuestradas en una finca hasta el 30 de enero de 1997. Fueron 11 víctimas asesinadas, pero solo hasta el 2008, en exhumaciones que hizo la Unidad de Justicia y Paz, recuperaron los restos óseos de siete. Todavía dos de ellas continúan desaparecidas. “Barranquilla” dice que los desaparecidos están en una fosa común en El Copey, Cesar.

Estos son los nombres de las víctimas de la masacre:

  1. Adolfo León Leyes Brochel (sigue desaparecido)
  2. Enilda María Escobar Ramos (sigue desaparecida)
  3. Edith Vergara Ramírez (asesinada y desaparecida)
  4. Jose Eulises Mendieta López (asesinado y desaparecido)
  5. Juan Martín Mendieta Arias (asesinado y desaparecido)
  6. Gioberto Torres Lascarro (asesinado y desaparecido)
  7. Berna Esther Ospino Nisat (asesinada y desaparecida)
  8. Carlos Jose Daza Cuello (asesinado y desaparecido)
  9. Robert Solano Ocaño (asesinado y desaparecido)
  10. Freddy Guillermo Durán Muegues (asesinado y desaparecido)
  11. Antonio Maldonado Rangel (secuestrado y asesinado)
  12. Isabel Rodríguez Peñaranda (secuestrada)
  13. Jesús María Montejo Angarita (secuestrado)
  14. Divanith Ortega (secuestrado)
  15. Olides Ortega (secuestrado)
  16. Emelida María Rincón (secuestrada)
  17. Isabel Rodríguez Montes (secuestrada)

En 1996, el Cesar era el departamento más violento de Colombia, incluso, superaba ciudades como Bogotá y Medellín, de acuerdo con un informe de la Fiscalía General de la Nación. Codazzi fue el municipio donde más masacres se cometieron.

Sobre Carlos Mattos Liñán, primo de Carlos Mattos Barrero, “Barranquilla” asegura que lo conoce porque en una de sus fincas los paramilitares hacían entrenamientos.

Alias “Barranquilla” relató que, después de dar una de las declaraciones, lo buscó el abogado Efraín Gutiérrez, alias “El Pale Gutiérrez”, en 2020, y le ofreció 15 millones de pesos, “para que me quedara quieto y no mencionara a ese señor [Carlos Mattos Barrero], cosa que yo no acepté”, relata. La Nueva Prensa le preguntó por esa acusación a Efraín Gutiérrez, pero negó haber sido abogado de Carlos Mattos Barrero. Ante el interrogante puntual de si había visitado a Luis Carlos Ávila en la cárcel contestó que prefiere guardar silencio.

Respuesta de Whatsapp del abogado Efraín Gutiérrez.

 

Carlos Mattos Barrero viene siendo mencionado por varios paramilitares en distintas declaraciones e instancias. En 2009, en un informe de la Fiscalía de Valledupar sobre la historia de Carlos Castaño y la estructura del Bloque Norte de las Autodefensas, se detalla que los grupos paramilitares llegaron el 20 de septiembre de 1996 a la Finca El Guamo, de propiedad de Carlos Mattos Barrero.

Extracto de informe del 3 de diciembre de 2009, firmado por el investigador de la Fiscalía Daniel Enrique Gómez. Información tomada del Archivo virtual de los derechos humanos, memoria histórica y conflicto armado del Centro Nacional de Memoria Histórica.

 

En la declaración de Francisco Gaviria, alias “Mario”, del 21 de septiembre de 2010, ratifica la llegada del grupo paramilitar a la finca de Carlos Mattos Barrero en septiembre de 1996.

 

En el aparte que sigue, el paramilitar Francisco Gaviria cuenta cómo conoció a Carlos Mattos Barrero y detalla los rasgos físicos, características que coinciden con su aspecto. Además, declara que Mattos era amigo de las AUC y eje fundamental en la creación de este grupo criminal. En la finca de Mattos Barrero los paramilitares permanecieron tres días para planear la tristemente célebre masacre de Codazzi.

Por esta masacre está condenado Hernando de Jesús Fontalvo, alias “El pájaro”, a una pena de 28 años de prisión. Precisamente, en la sentencia condenatoria (Juzgado Penal del Circuito Especializado de Descongestión- Adjunto de Valledupar), del 23 de mayo de 2011, Fontalvo ya había mencionado la participación de Carlos Mattos, como se puede leer a continuación:

 

Pese a las menciones de varios paramilitares que coinciden en la autoría de Carlos Mattos Barrero en la masacre de Codazzi, la Fiscalía no lo ha vinculado a este crimen de lesa humanidad. Luis Carlos Ávila Teherán, en información entregada a La Nueva Prensa, relató que Carlos Mattos ordenó una segunda masacre en Codazzi el 22 de marzo de 1997. Esta versión fue corroborada por el exparamilitar desmovilizado Jesús Albeiro Guisao Arias, alias “Brayan” o “James”, que participó en la masacre.

“Se le da de baja al gerente del Ica, Guisao y mi persona lo matamos. Después matamos al señor Donaldo Garay y a cuatro personas más, entre ellas, una mujer, alias 'La Chinche', la cual tengo en una fosa común por ahí por la vía de El Copey. Esto se lo he dicho a la Fiscalía muchas veces aquí en Valledupar”, explicó alias “Barranquilla”.

Guisao Arias está condenado por el homicidio de Donaldo Garay. De acuerdo con un documento de la Fiscalía en poder de La Nueva Prensa, en esta segunda masacre también participaron los asesinos Javier Petro Gómez (fallecido), alias “Jota” y Juan Evangelista Basto Bernal.

Luis Carlos Ávila explicó que la masacre fue ordenada por Carlos Mattos Barrero dos días después de que el frente 41 de las Farc irrumpiera en su hacienda y quemara cinco de sus fincas. Según lo relatado en El Tiempo, “acabaron con 14 viviendas y con los campamentos de 54 familias”.

“Los señores Mattos se indignaron después de ver que la guerrilla los había golpeado y comenzaron a darnos más nombres”, confesó alias “Barranquilla”.

En el informe de la Fiscalía de 2009, citado anteriormente, se relatan también otras masacres que fueron sistemáticas, masivas y generalizadas. Además, se subraya la participación de tropas del Ejército del Batallón La Popa y de la Policía Nacional en Valledupar.

Extracto de informe del 3 de diciembre de 2009, firmado por el investigador de la Fiscalía Daniel Enrique Gómez. Información tomada del Archivo virtual de los derechos humanos, memoria histórica y conflicto armado del Centro Nacional de Memoria Histórica.

 

En una declaración de 2007, Salvatore Mancuso reveló que, en una ocasión, Carlos Mattos Barrero se reunió con Carlos Castaño, el jefe de las Autodefensas. Castaño le exigió un helicóptero para sus desplazamientos personales, pero Mattos “fue incapaz de incumplir esa exigencia”, y se comprometió a entregarle cuatro carros al año.

Publicación del periódico El Heraldo, 18 de mayo de 2007. 

 

Desde cuando llegó a Colombia extraditado de España para responder en dos juicios por el soborno a dos jueces civiles —delitos que ya reconoció—, Carlos Mattos Barrero se ha empecinado en tratar de ponerles fin a ambos procesos mediante arreglos judiciales que los clausuren para siempre como cosa juzgada, de manera que la Fiscalía General de la Nación, además, se comprometa con él a no llevarlo nunca más al banquillo de los acusados, a menos que sea por delitos cometidos después del pacto, el cual alcanzó a lograr por medio de dos preacuerdos, pero se hundieron por efecto de una acción popular instaurada por el periodista Gonzalo Guillén, director de La Nueva Prensa.

Aunque la Fiscalía ha dicho dos veces que no hará más preacuerdos con Mattos y dos veces que sí los hará, su nuevo abogado, Ómar Carlos Suárez, hizo una nueva solicitud de conciliación al Fiscal General, Francisco Barbosa, quien al cierre de esta edición no había hecho pública su respuesta.