Medina dice que no hablará, pero tal vez lo haga, porque quiere salvar a su padre, de quien dice “no tiene nada que ver con los atentados”. Padre e hijo podrían ser extraditados. Inteligencia tiene en su cuestionario preguntas sobre los cómplices de Medina en las Farc y en el Ejército.
Colombia, 27 julio de 2021.- Todo parece indicar que, gracias a inteligencia militar, este caso se resolverá rápidamente. La ingenuidad del exoficial y su exceso de confianza también ayudaron a esclarecerlo. Los cabos sueltos lo hacen ver como a una persona torpe, apresurada y vengativa. Él mismo ingresó la camioneta a la brigada, estuvo antes en el lugar haciendo videos con su celular, hizo llamadas desde el mismo dispositivo y utilizó a su padre para que llevara la camioneta hasta Cúcuta. Ahora, para defender a su padre hará todo lo que sea necesario. Probablemente lo extraditen. Sus cómplices temen que los delate. ¿Cómo evitarán que hable?
Joaquín Medina Duarte, el papá del excapitán del Ejército Andrés Fernando Medina Rodríguez (alias el Capi), fue quien trasladó la camioneta Toyota Fortuner blanca de placa JGX 180, registrada en Villa del Rosario, municipio de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, hasta un parqueadero ubicado en el barrio Torcoroma de Cúcuta.
Según el informe oficial, la camioneta fue cargada con un poderoso explosivo denominado Pentrita con la asesoría de alias Ascanio (Édinson Durán Ascanio), explosivista del frente 33 de las Farc, grupo que lidera alias John Mechas. Su antigua dueña recibió 120 millones de pesos por el automotor. El objetivo de los autores del atentado era que el vehículo no despertara sospecha, pues era muy similar a los que ingresan constantemente a la Brigada 30 de Cúcuta.
Las autoridades capturaron a diez personas que habrían participado en este hecho, entre quienes se encuentran Ciro Gutiérrez Ballesteros (alias Ciro), Jhon Freddy Lizarazo Rodríguez (alias Miguel o el Flaco), Édinson Durán (alias Ascanio), Geraldine Fioyo Torrado (alias Yera), Vladimir Acosta Pérez (alias Jimmy) y Freddy Esteban Maldonado Torrado (alias Pancho). El papá del exoficial también fue capturado.
l ente acusador reveló que alias Ciro es contratista de la Unidad Nacional de Protección -UNP-, y estaba encargado de la custodia de un desmovilizado de las Farc con la empresa Isvi Ltda. La Fiscalía les imputó los delitos de tentativa de homicidio, concierto para delinquir, porte ilegal de armas de fuego y daño en bien ajeno.
El martes 15 de junio, el excapitán ingresó con la camioneta a la brigada a eso del mediodía. Tres horas después hubo dos explosiones, una a las 3:01 p.m. y otra tres minutos después. Resultaron 44 personas heridas, tres de ellas de gravedad. Veintidós militares estadounidenses estaban en el sitio, doce de los cuales fueron lesionados. La DEA y el FBI, que ya investigan el tráfico de cocaína entre Cúcuta y Venezuela, iniciaron la indagación por el homicidio tentado hacia sus compatriotas, por lo que alias el Capi podría ser extraditado a los Estados Unidos. En uno de los videos que la Fiscalía encontró en el celular del exoficial se aprecia el momento en que Medina hace referencia a los militares del Comando Sur que se encuentran en el país asesorando y combatiendo el narcotráfico.
Medina dice que no hablará, pero tal vez lo haga, porque quiere salvar a su padre, de quien dice “no tiene nada que ver con los atentados”. Padre e hijo podrían ser extraditados. Inteligencia tiene en su cuestionario preguntas sobre los cómplices de Medina en las Farc y en el Ejército.
El excapitán es pensionado del Ejército Nacional, licenciado hace un par de años por corrupción, aunque en su proceso figura un problema de origen médico. Más adelante tenemos el relato sobre este tema en particular. Es piloto de helicópteros Black Hawk y estuvo en el servicio por doce años. Perteneció a la Fuerza de Tarea Vulcano, encargada de combatir el narcotráfico en el Catatumbo.
Análisis Urbano tiene información que fue suministrada por una fuente seria y confiable. “Está dolido porque no pudo comer del Estado y atacarlo a la vez”. Lo impulsa la venganza y encontró cómplices en su tarea: las disidencias de las Farc”, dice la fuente. “Ya demandó al Ejército por 350 millones de pesos, quiso volar la brigada en la que trabajó por varios años y asesinar al presidente Duque”, añadió la fuente.
Atentado con francotiradores
El 25 de junio fue el atentado a Iván Duque. El presidente fue atacado cuando viajaba en el helicóptero con matrícula FAC 0007 sobre Norte de Santander en compañía del ministro de Defensa, Diego Molano, y el ministro del Interior, Daniel Palacios. Seis disparos impactaron el helicóptero presidencial. No hubo heridos.
Por este ataque han sido capturados, además del excapitán, de alias Ciro, alias Ascanio (uno de los francotiradores) y alias Miguel: Yeison Herminio Bernal Rincón, quien conducía el taxi que trasladó a los francotiradores al sitio desde donde se realizaron los disparos y Yeferson Román Gamboa.
Diego Molano, ministro de Defensa, señaló que el dinero para concretar los dos atentados provino de Venezuela, de campamentos de las disidencias de las Farc ubicados en ese país fronterizo.
En diciembre de 2020, el general Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda, comandante del Ejército Nacional en remplazo del general Nicacio Martínez Espinel, supo de una denuncia contra el Guamo. Pero tanto él como el coronel Manrique evitaron que se abriera una investigación contra el Guamo y, por consiguiente, que se sometiera al polígrafo. Lo extraño del caso es que el ahora exgeneral Martínez Espinel sí ordenó investigar al coronel Gómez, pero salió más rápido él y luego lo involucraron en falsos positivos que no habría cometido ni ordenado. ¿Hay una red criminal en el Ejército, que con ayuda de las disidencias de las Farc, involucra a los militares que no participan en actos de corrupción en supuestos falsos positivos? Es decir, ¿hay falsos positivos sobre falsos positivos? Solo escribirlo provoca cefalalgia.
Lo cierto del caso es que coroneles con más antigüedad en el Ejército y con hojas de vida intachables han recibido la baja, mientras que el coronel Guamo sigue en carrera.
Cuando se empieza a filtrar en los medios de comunicación el nombre del excapitán Medina como el presunto autor de los atentados en la Brigada 30 y al presidente Duque, el coronel Gómez citó a una reunión al coronel Rafael Alejandro Jiménez Castaño (instructor de helicópteros), oficial de cooperación interinstitucional del Ejército Nacional ante la Fiscalía General de la Nación y al coronel Juan Pablo Manrique Carvajal. El Guamo ordenó a Jiménez conseguirle y entregarle todos los detalles que el ente investigador tenía sobre el exoficial. Asimismo, en la medida de las posibilidades, trasladar a Medina a una cárcel militar.
Apartes de este escrito fueron conocidos por el general Eduardo Zapateiro. El oficial aseguró en un mensaje que lo que se dice del coronel Gómez es falso. “Estén tranquilos”, dijo. “Desde hace unos meses atrás han querido enlodar el nombre del coronel Óscar Gómez. No nos dejemos distraer por calumnias sin ningún tipo de fundamento o soportes”, puntualizó Zapateiro Altamiranda.
El comandante del Ejército de Colombia, General Eduardo Zapateiro. EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda/Archivo
En las audiencias preliminares, el excapitán Medina no aceptó su responsabilidad en los atentados. Sin embargo, el exoficial, quien en noviembre de 2019 entrenó a escoltas de la UNP en el batallón Pedro Nel Ospina de Bello, por lo que estaría involucrado también en desapariciones en el Valle de Aburrá, busca un acuerdo que le signifique una rebaja de pena.