Sebastián Caballero se inició como abogado en el Colectivo de Abogados Jorge Albear Restrepo, donde tuvo contacto con casos emblemáticos como la masacre de Mapíripán y el Palacio de Justicia. Este recorrido lo marcó profundamente y lo motivó a continuar su lucha por la justicia social.
Jefferson Montaño: ¿Cómo se siente desde su formación al ser hoy el vicepresidente de una de las entidades más importantes y complejas del gobierno?
Sebastián Caballero: Nosotros venimos de un proceso de construcción desde el movimiento social de muchos años de incidencia política, también como proyecto, como apuesta de que eso no se personifica, no solamente en unos liderazgos. Hay quienes enarbolan las banderas del proyecto, pero detrás de eso está toda una construcción, toda una infraestructura, toda una historia detrás de los hechos políticos que hoy atraviesan al país. En el sentido de quienes lideran el proyecto del cambio. Nosotros hemos venido formándonos tanto académicamente como en la praxis, en un ejercicio profesional en procura de poner al servicio nuestros conocimientos adquiridos para que haya una transformación y una profundización de una democracia en Colombia.
J.M: ¿En qué fase se encuentra actualmente el movimiento político Colombia Humana?
S.C: Por mi parte, he dedicado toda mi vida a la defensa de los derechos humanos como dirigente, como activista, como abogado, como jurista. Pero además de eso, a la organización política y social para la transformación de Colombia. Soy fundador del movimiento Colombia Humana. Estuvimos haciendo el ejercicio en la defensa de los derechos políticos de ese proyecto y quiénes hacíamos parte o hacíamos parte del proyecto político. Digo lo que hacíamos en ese entonces, el cual se denominaba Colombia Humana en su momento hoy, es un frente amplio del Pacto Histórico. Pero en su momento, enfrentando los embates del establecimiento que nos quería cerrar los espacios. Cuando cierran los espacios políticos es donde surgen los escenarios de violencia. Ampliar o hacer apertura de los espacios políticos es lo que permite que todos estén incluidos y haya funcionamiento del contrato social. Entonces todos estamos en términos de participar, todos estamos sobre la mesa que rigen el Estado de derecho y la democracia.
J.M: ¿Cómo se ha logrado que la apuesta del movimiento político no se personifique en unos pocos liderazgos como outsiders?
S.C: Peleamos jurídicamente con un grupo de abogados la personería jurídica de lo que hoy es el Partido Colombia Humana y, a instancias de la Corte Constitucional, logramos una revisión de tutela para que fuera otorgado y reconocido ese derecho. Este fue un paso fundamental de reconocimiento y mensaje al país, que había una apertura en la que un movimiento que lideraba el principal opositor a este régimen establecido hasta el momento tuviera un espacio político que se le estaba siendo negado. Se le estaba siendo negado a través de un fenómeno que ha hecho curso en América Latina a los outsiders. Es la guerra jurídica de lo que yo he hablado en la academia en mi trasegar por la facultad de derecho. He escrito sobre los outsiders en América Latina y específicamente en el caso colombiano como un tema de instrumentalización en el caso de la justicia y de los entes de control para hacer persecución a quienes piensen contrario al poder establecido. Esto es muy parecido a la tesis del derecho penal del enemigo: se eliminan las garantías democráticas y se persiguen por el hecho de pensar, o por el hecho de ser o de sentir distinto.
J.M: ¿Cuáles han sido los aprendizajes y las lecciones durante el camino?
S.C: Llegué a la defensa de los derechos humanos cuando un familiar por parte de mi padre. El hermano mayor de mi padre fue asesinado por el Estado en el año 1998. Crimen que se halla impugnen todavía, el cual fue secuestrado, torturado y asesinado. Fuimos víctimas del fenómeno paramilitar; fuimos desplazados desde nuestro territorio de origen. Mis padres son huilenses. Este fue uno de los motivos que me llevaron a tener que ver con la justicia y los derechos humanos.
Llego desde mi participación e instancia universitaria al colectivo Jorge Albear Restrepo e inició mi formación más afondo. Conocí y tuve a cargo el caso del Palacio de Justicia, la masacre de Mapíripán, la masacre del Aro y la masacre de Trujillo, en el Valle del Cauca, donde pude palpar más de cerca ese fenómeno configurado de alianza mafiosa con algunos sectores del Estado que tenían los grupos paramilitares en Colombia, como una estrategia de índole política para construir hegemonías en los territorios del país. Posteriormente me independizó y me dedico a la militancia y a litigar en mi oficina de abogados en la ciudad de Cali, en temas de derechos humanos y en la representación de víctimas. Paralelamente a eso, hacia asesoramiento a empresas en algunos temas corporativos que me permitían tener flujo de ingresos fijos para subsanar o vivir de la actividad no es fácil, pero tuve un ejercicio exitoso y logré hacer muchas cosas en el Valle del Cauca, representar víctimas y visibilizar temas que muy pocos son discutidos en el escenario público.
Durante el Paro Nacional de 2021, Sebastián se convirtió en un defensor de los jóvenes de la primera línea. A través de la "Primera Línea Jurídica Honoris Causa", brindó asistencia legal a quienes fueron perseguidos por el Estado mediante su participación en las protestas.
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J.M: ¿Qué impacto tuvo su participación en el desarrollo del Paro Nacional?
S.C: Fui abogado de los jóvenes de la primera línea como un hecho político. En su momento, estábamos nosotros enfrentados a lo más reaccionario del régimen, la faceta más reaccionaria frente a una faceta política porque lo que desbordó el (estallido social) fue un paro en contra de una reforma injusta, agresiva, totalitaria y regresiva en términos tributarios, que estaban grabando a las clases menos favorecidas de Colombia, para hacerle extensiones al gran capital y lograr fraguar una alianza político corporativa para tapar un hueco fiscal a costa del hambre de la gente. Estaban grabando la comida. Veníamos de una pandemia en donde la economía no venía muy bien y la solución del gobierno de Iván Duque fue subsanar ese hueco fiscal a través del gravamen de la comida a la gente. Mediante una orden del expresidente Iván Duque al exfiscal Barbosa, se desarrolla una instancia que se llama el Consejo Nacional de Política Criminal de criminalizar a todos los jóvenes que estuvieran en contra del poder establecido en ese momento. Los jóvenes pusieron a temblar ese gobierno, y la salida que vieron fue asesinarlos, criminalizarlos, y estigmatizarlos a través de una orden judicial que oficializó el exfiscal Francisco Barbosa. Nosotros lo que hicimos fue construir una muralla jurídica, una organización de abogados para defender a los jóvenes la primera línea jurídica.
J.M: ¿Cómo se planea mantener la vitalidad desde el Gobierno en la comisión de expertos en materia de la reforma a la Justicia?
S.C: El inicio de todo es la apertura democrática, donde parece un sujeto político de la historia que es el compañero presidente Gustavo Petro, un dirigente que hizo la paz en Colombia, que supo que son los embates de la guerra, que supo vivir en carne propia que era por parte del Estado la violencia estatal. El terrorismo de Estado sufrió la tortura, la persecución, hizo un ejercicio parlamentario por 30 años, impecable de control político a los fenómenos de violencia paraestatal, pero también planteando discusiones de tipo estatal o establecimiento económico. Siempre buscando una alternativa porque tú puedes dedicarte a hacer oposición, pero solo vas a hacer oposición con vocación de poder. El compañero presidente siempre hizo una oposición con vocación de poder. Una oposición con alternativa, una oposición también constructiva y eso el país lo entendió. Él logró recoger ese anhelo histórico que había en Colombia, ese eslabón de poderes heredados. Un paréntesis que está por definirse, si es un paréntesis o va a ser una nueva historia en Colombia y la profundización de la democracia.
Caballero llegó a la SAE con el objetivo de democratizar los bienes que antes pertenecían a la mafia y ponerlos al servicio del pueblo colombiano. Su gestión se ha caracterizado por la transparencia y la lucha contra la corrupción.
J.M: ¿Cuáles son los retos en la SAE?
S.C: Colombia todavía está anclada y ese es el reto que tenemos mediante una agenda encomendada por el señor Presidente de la República en la profundización de los programas y el programa de gobierno que están reflejados en el Plan Nacional de Desarrollo para combatir los escenarios de desigualdad y combatir el fenómeno de las injusticias, caminando hacia derrocar la impunidad y ver materializado el proyecto de las víctimas y que tengan una oportunidad sobre la tierra, y que nosotros podamos sobre todo navegar en un escenario de lucha contra la corrupción y la democratización de los bienes que antes eran de la mafia, por este motivo y más llegamos a la SAE.
J.M: ¿Por qué la persecución política de la Procuradora Margarita Cabello, ante las cabezas de la SAE?
S.C: Por parte de la Procuraduría tenemos una investigación que aún no nos cierra a nosotros. La destitución que hizo temporalmente del presidente Daniel de la entidad. Fue porque nos enfrentamos al clan Char y al señor Daes, que son los poderosos del Caribe, por una operación que se hizo con la compra de una empresa de servicios públicos que tenía la SAE en su momento. En nuestro criterio había muchas cosas que dejaban dudas, y queríamos entrar a corregir. Y la respuesta en ese momento de la Procuraduría fue destituirnos y perseguirnos. Este es un claro ejemplo de lo que he venido hablando. El hecho que hoy esté en la ¡Comisión de expertos tiene un mensaje político! es que quienes hemos defendido el cambio en el Gobierno del Cambio y quienes hemos defendido la agenda de la transformación y profundización de la democracia tenemos una voz en ese escenario. Ahora ese escenario es un escenario plural donde se busca el mayor consenso posible. El consenso no existe, pero si se buscan unos acercamientos con sectores que han sido contrarios a nosotros.
J.M: ¿Qué pasó con Sebastián Caballero Ortega, en cuanto a la candidatura a la Gobernación del Valle del Cauca?
S.C: Se solicitaba en su momento poner a consideración mi nombre, sin embargo, yo creo que eso debe ser un ejercicio de construcción. No tengo afán de forzar escenarios, si agradecí mucho que muchos sectores de la ciudadanía tuvieran a bien ver la posibilidad de ejercer un liderazgo importante, porque amo el Valle del Cauca, porque creo que es una región inmensamente rica, biodiversamente rica, económicamente con un potencial enorme de aportarle a este país, que ha estado mal administrado, ha estado en malas manos y puede haber un cambio estructural en eso. Ahora, con la ejecución de la (COP16) el mundo y Colombia van a conocer la riqueza del Pacífico y el potencial para aportarle al desarrollo de este país, y yo creo que eso merece una oportunidad. Una segunda oportunidad sobre esa tierra, y yo creo que es un ejercicio que hay que construir con la ciudadanía y antes que eso, ganar experiencia en el Estado ha sido muy fundamental para que nosotros podamos conocer que era, veníamos de un ejército de oposición, pero también conocer que es el ejercicio de ejecutar, qué es y cómo se hace la forma de organizar el Estado a tal punto de romper con brechas que se habían creado por décadas desde el tecnicismo. Ahora que hay la discusión sobre los tecnócratas para impedir que los cambios se hagan al servicio de las capas populares de Colombia y todo estaba estructurado para que se beneficiaran los poderosos de Colombia.
La visión para el futuro de Sebastián es aportar que Colombia sea un país más justo, equitativo y en paz. Desde su trabajo en la SAE busca contribuir a la construcción de una sociedad donde las víctimas tengan voz y donde los bienes del Estado se utilicen para el bienestar de la población.
Sin comparación alguna, el hecho de poder trasformar las vidas de muchas personas y aportarle a este país en un ejercicio de transparencia, de eficacia a la hora de ejecutar muchas veces se pueden tener buenas ideas, pero si no se ejecutan también es una falencia y eso impacta en los anhelos de cambio de la gente y es llevarle la tierra al campesino, pero además de eso, forjar las formas de organización para que ellos se vuelvan empresarios del campo e industrializar el campo, diseñar esquemas de asociatividad público populares donde se genere empleo donde la economía popular pasen a ser empresarios sólidos en este país.
Finalmente, el futuro político Caballero no lo descarta en una eventual candidatura a la Gobernación del Valle del Cauca. Sin embargo, afirma que su principal objetivo en este momento es cumplir con su responsabilidad en la SAE y contribuir al éxito del gobierno del presidente Gustavo Petro como se lo ha encomendado. Nos vemos en Tercera Raíz TV. ¡Hay que buscar el corazón desde la raíz!