El caso del centro Andino vuelve a la palestra con nuevos visos de falso positivo judicial

10 Junio, 2022
  • Cuatro días antes de la detención de Violeta como parte de la investigación por el atentado al Centro Andino en 2017, había entrevistado a César Andrés Barrera, su novio de entonces. Fue uno de los jóvenes encarcelados que recobraron la libertad por vencimientos de términos o porque los absolvió la justicia ante la falta absoluta de pruebas.


Por GUYLAINE ROUJOL

 

En este día de los padres, 17 de junio de 2017, el Centro comercial Andino, uno de los más exclusivo de Bogotá, adquirió una triste fama internacional mientras sus clientes hacían sus compras al final de la tarde. Una bomba explotó en este periodo en qué todos soñaban con la paz. Porque a pesar de que una ínfima minoría de los colombianos habían hecho la diferencia en el referéndum de Santos, rechazando los acuerdos de paz de la Habana firmados algunos meses antes, por gran parte en razón de una campaña de desprestigio basada en fake news, los colombianos anhelaban la paz en su mayoría.

El artefacto explotó en el baño de mujeres del segundo piso. Mató a una francesa de 23 años, voluntaria en una ONG en Colombia, Julie Huynh, de 23 años. Fueron gravemente heridas Paola Jaimes, de 31 años, y Ana María Gutiérrez, de 27, quien falleció un poco más tarde en la clínica del Country. Al menos diez personas más resultaron heridas. Unas cuantas más no fueron reconocidas como víctimas con derecho de recibir justicia y reparación, pero sufrieron daño psicológico por haber estado en el centro a este momento.

 

Hipótesis, pistas, pero ninguna certeza

Ningún grupo armado se atribuyó la autoría del ataque. Y, al parecer, desde entonces,
ni las autoridades ni la justicia han presentado pruebas para esclarecer la verdad. Se quería sembrar terror y muerte, a menos de que la idea hubiera que el artefacto explotara en otro momento del día o de la noche y que hubo un error en su manipulación o su programación. Pudo haber sido un acto para presionar al gobierno o desestabilizarlo, mientras las Farc estaban en plena dejación de sus armas  y el país fracturado en dos, en una polarización que seguiría creciendo con los años.

Un coronel sembró algo de duda sobre la presencia de la francesa que había muerto en el baño, otros expertos emitieron la hipótesis de que el ELN, el Clan del Golfo, un grupo de extrema derecha o unas disidencias de las Farc estuvieron metidos ahí. En pocas palabras, todas las pistas estaban abiertas.

En esta época, Ariel Ávila, de la fundación Paz y Reconciliación evocó en la prensa la posibilidad de que “el artefacto se activó antes de tiempo, y que sería ubicado en otra zona del centro comercial.”

 

Una decena de jóvenes presos

A pesar de tantas incertidumbres, una decena de jóvenes fueron capturados algunos pocos días después, en un tiempo récord para la justicia de Colombia que no siempre es tan rápida en actuar. César Andrés Barrera, 26 años, estudiante en sociología de la universidad Nacional, hacia parte de este grupo de estudiantes de derecho, arte y otras carreras. Después de pasar un tiempo en la URI, los seis hombres fueron conducidos a la Picota, y las cuatro mujeres a la cárcel del Buen Pastor, en Bogotá.

“Hacíamos activismo estudiantil. Teníamos una propuesta de generar espacios democráticos en la toma de las decisiones de la universidad, para que la propia comunidad universitaria pueda decidir sobre el rumbo de la universidad y no instituciones con personas ajenas a ella”, me conto César el martes 31 de mayo de 2022. Lo entrevistaba en Bogotá sobre el tema del atentado del centro Andino, sin imaginar un instante que cuatro días después, las autoridades colombianas iban a detener a Violeta Arango, a quién presentaron como líder del grupo y no habían podido arrestar desde 2017.

 

Movimiento Revolucionario del Pueblo

Hace cinco años, César se había manifestado con sus amigos en favor del proceso de paz. Y uno de sus compañeros, Mateo Gutiérrez, había sido capturado. César no tenía ninguno antecedente judicial, pero se sabía perfilado desde varios días. Mas adelante, Mateo fue absuelto. Mas adelante también, la decena de jóvenes que cogieron presos en junio 2017, tildados de pertenecer al Movimiento Revolucionario del Pueblo, presentado como una célula urbana del ELN, según las autoridades responsable de este acto, fueron liberados por vencimientos de términos.

Según un abogado que defendió una de las presas en este caso, el ente investigador no tuvo pruebas serias para acusar a los jóvenes detenidos por este crimen y está convencido de que se trata de un falso positivo judicial. “En la misma época, el ELN había puesto una bomba cerca a la plaza de toros. El fiscal del caso dijo que habían llegado a la conclusión de que los muchachos que habían colocado petardos con panfletos habían sido los mismos que los que pusieron la bomba cerca de la plaza de toro y los mismos que habían puesto el artefacto en el Centro Andino. Porque, así como una persona era capaz de poner una panfletaria, era capaz de poner una bomba para matar al alguien. ¡Esto fue el argumento! ¡No había prueba de absolutamente nada!” me contó.

 

¿Dónde están las pruebas?

“El fiscal general, Néstor Humberto Martínez, dijo a la revista Semana que tenía 17 evidencias, imágenes del ingreso de ellos al centro Andino entre otras. En plena audiencia, le pregunté al fiscal que muestre lo que Martínez había hablado, estos videos, estas fotos que comprometían a los muchachos, pero no mostraron nada”, añadió. “Me respondió que no tenía que responder por lo que decía el fiscal general, que no había videos, y que tenía yo que preguntárselo a Martínez porque él no sabía porque había dicho esto. Hicieron un análisis ridículo. Solamente dijeron que eran capaces de cometer este acto. ¡Fue una conclusión absurda!”.

A principios de 2021, no quedaba uno de ellos en la cárcel, todos habían sido liberados.

Pero nunca habían capturado a Violeta Arango Ramirez por la cual se ofrecía una recompensa de 20 millones de pesos. Casi cinco años después del atentado, el sábado 4 de junio, a 15 días de la segunda vuelta, detuvieron a Violeta en la vereda La Honda, en el municipio de Morales (Bolívar).

Una fuente cercana al ELN me aseguro que no conocían la trayectoria de Violeta. Añadió que el ELN no fue el autor de este atentado y no tiene nexos con el MRP, al que no reconocían como una organización insurgente.

“El asunto era de tener culpables rápidamente y concluir la investigación en un tiempo récord” asegura el abogado de uno de los jóvenes presos en 2017. “Este fiscal quería mostrar que hacia la investigación súper rápida, para poner una cortina de humo. Había sido abogado de gente comprometida en caso de Obedrecht”, añadió a propósito del fiscal general de ese entonces, Néstor Humberto Martínez.

 

Una tortuga en el hombro

Al saber capturada la que fue su novia, César le quiso expresar a ella: “Mujer bella, siempre es un motivo de alegría saberte viva, es claro que no vienen momentos fáciles en tu vida, tengo que confesarte que saberte en estas condiciones me llena de tristeza y de un dolor muy profundo, una parte de mi ser vuelve a estar en prisión, las lágrimas son inevitables... Mantente fuerte y digna, conocemos la capacidad de un Estado y un gobierno que hace uso de todo a su alcance para conseguir sus objetivos, las presiones hasta ahora van a empezar en tu contra para tener falsas incriminaciones y así obtener falsas condenas en este montaje judicial, se paciente, procura mantenerte tranquila y con calma para actuar de la mejor manera y no tomar decisiones equivocadas, cree en la justeza de tus principios y tus convicciones no dejes que la tristeza nuble la alegría, porque la alegría siempre estará de nuestro lado...”.

“Ojalá Violeta tenga una buena defensa porque ella tampoco tiene que ver en este caso” opina el abogado que me hablo. “Esta muchacha va a estar presa dos o tres años y después la van a absolver o dejar en libertad por vencimientos de términos. Es la tragedia de la peladita. Tiene que aguantar estar en la cárcel un poco de tiempo”.

La mujer, que fue identificada por un tatuaje de tortuga en su hombro derecho, tiene hoy 29 años y era buscada por la Interpol. Para las autoridades, no hay ninguna duda de que se movía dentro del ELN, en el frente Darío Ramirez Castro, donde seria encargada de las labores de inteligencia para atentados en preparación.