Doce años buscando la verdad

19 Septiembre, 2020

Por DAWITS BUITRAGO

            Londres - Han pasado 12 años desde cuando salió a la luz pública la existencia de asesinatos extrajudiciales por parte del ejército colombiano: secuestraba principalmente jóvenes, los asesinaba y los hacían pasar por combatientes. Años en los que la impunidad y la falta de valentía de los órganos judiciales del país han permitido que los expedientes de cerca de 10 mil casos de “falsos positivos” se pudran en el fondo de un cajón y en el mejor de los casos, se expediente a unos pocos miembros de bajo rango del ejército.

            La verdad aún está muy lejos de esclarecerse en un país donde la corrupción, el oportunismo, la politiquería y el arribismo son sello de identidad de una clase dirigente indolente con su pueblo y proactivo en su afán de llenarse los bolsillos a costa de los sufridos colombianos.

Esta vez el eufemismo escogido para denominar el asesinato sistemático de personas civiles a manos de quienes debían protegerles del horror, su propio ejército, se denominó “falsos positivos”. A cambio de medallas, ascensos, vacaciones e incluso dinero los militares ofrecían “resultados” en la guerra declarada a las entonces poderosas guerrillas, que tenían amplias zonas del país bajo su control.

            Los jóvenes eran captados y engañados por miembros del ejército vestidos de civil, que les ofrecían empleo y transporte.  Luego eran llevados a zonas rurales, donde se les obligaba a ponerse un camuflado, les daban un arma y finalmente eran asesinados a sangre fría.  Los más desafortunados fueron entregados a grupos paramilitares para que hicieran el “trabajo sucio”.

            Después llegaban los grandes titulares en los medios de comunicación afines y/o comprados por el estado, en un acto de propaganda perverso, donde se exhibían los cuerpos inertes de los “supuestos” guerrilleros dados de baja en combate. Finalmente, el presidente Uribe repartía medallas a sus nefastos Generales y se auto concedía títulos como: “El Gran Colombiano”, “El Prócer de la Paz”, “El Libertador de su Pueblo”.  

            Una vez se destapan las cloacas del estado y la tibia respuesta de la comunidad internacional empezó a sentirse, se llevó a cabo un cambio de estrategia que, por supuesto no era ofrecer justicia, al contrario, se procedió a la doble victimización de los muertos, pero esta vez encarnada en sus familias.

Aun retumba en los oídos de algunas de las madres de los asesinados, esa frase del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez “No estarían cogiendo café”. En una clara muestra de indolencia ante el dolor ajeno.

            Rápidamente las cabeceras de los medios de comunicación, como hienas se apresuraron a repetir constantemente que se trataba de delincuentes comunes, jibaros, drogadictos o desechables. Como si esto aliviara el hecho mismo de que esos asesinatos se cometieron financiados con dinero público del estado colombiano, financiados con los impuestos pagados por las propias víctimas.

            Hace 12 años surgió el movimiento de las madres de los “falsos positivos” MAFAPO. Mujeres que decidieron no callar, decidieron luchar de manera incansable por el esclarecimiento de la verdad, por no permitir que la maquinaria de comunicación del Estado continuara enlodando el nombre de sus hijos. Han tenido que ser las madres precisamente las que alzaran la voz para enfrentar al colosal estado colombiano.

            Para conmemorar esos 12 años en busca de la verdad se ha programado un evento virtual denominado “Activismo, Arte, Academia y Resistencia: La lucha de las madres de los falsos positivos (MAFAPO) Colombia”.  Que tendrá lugar el sábado 19 de septiembre a las 4:00 pm hora Colombia a través de redes sociales.

            Entre los ponentes del evento estarán algunas de las madres de los “falsos positivos” (Jaqueline Castillo, Carmenza Gómez, Rubiela Giraldo).  Además de los autores del Proyecto Madres Terra, el Fotógrafo Carlos Saavedra en Bogotá y el Antropólogo de la universidad de Princeton, Sebastián Ramírez en Nueva York.

            El proyecto Madres Terra, consiste en enterrar y retratar a quince Madres de los Falsos Positivos para dar aún más visibilidad a su causa y generar impacto internacional a través del arte fotográfico. De igual forma se han recogido sus testimonios e historias de vida que dan voz a sus luchas.

            Desde La Nueva Prensa hemos hablado con Carlos Saavedra y él nos explica que a través de la tierra se ha querido simbolizar la vida, la muerte, la familia, el desplazamiento forzado de las madres.  Incluso en el plano mítico y espiritual se ha logrado que las madres después de ser enterradas dejaran allí parte del dolor acumulado en años de lucha que les permitiera empezar una catarsis emocional.   

            “La tierra ha sido uno de los principales causantes de violencia en nuestro país” asegura Saavedra en alusión a los diferentes significados que la tierra tiene en el proyecto.

            Por su parte, el Antropólogo Sebastián Ramírez, desde Nueva York nos dio detalles del foto-libro sobre el que están trabajando y que pretende dar a conocer la historia que hay detrás de las personas que han sufrido los “falsos positivos” como una manera de batallar contra la impunidad y que se revele la verdad de lo ocurrido.

            “La idea es que a través de sus voces entendamos un poco más esta historia, no solo sus historias individuales, sino la historia que en su colectivo nos cuentan de la realidad del país” puntualizo Ramírez.

            A continuación les dejamos la entrevista completa con Carlos Saavedra y Sebastián Ramírez, para que ustedes puedan conocer el proyecto Madre Terra y más detalles sobre el evento virtual para conmemorar los 12 años del movimiento de las Madres de los “falsos positivos” que será emitido por nuestro canal de YouTube.