Supuesto hijo abandonado de Rodolfo Hernández le pide prueba de ADN desde hace varios años

13 Junio, 2022
  • “Mi padre adoptivo y mi padre real trabajaron juntos, negociaron cómo salvarle el honor a Rodolfo, mi padre real, y salvar su matrimonio (…) como si yo fuera una mercancía”, se lamenta.

Gustavo Enrique Ortiz Clavijo, presunto hijo abandonado de Rodolfo Hernández. Gustavo Enrique Ortiz Clavijo, presunto hijo abandonado de Rodolfo Hernández. Archivo

Por GONZALO GUILLÉN

Tiene 43 años, nació el 9 de octubre de 1978 en el hospital Ramón González Valencia, de Bucaramanga. Sufrió la amputación reciente de la pierna derecha y desde 1985 -asegura- supo que su padre biológico podría ser Rodolfo Hernández, hoy candidato a la presidencia de la república de Colombia, con quien su parecido físico es evidente y desde hace años ha pedido en vano una prueba de ADN para salir de dudas.

Se llama Gustavo Enrique Ortiz Clavijo, pero usa el seudónimo de Rodolfo García (Rodolfo por su virtual padre biológico y García por su supuesta madre); su cédula de ciudadanía termina en 535 y vivió en Bucaramanga hasta el 10 de julio de 2014. Estuvo afiliado a una ARS en el departamento de Santander y se retiró de ella al momento de trasladarse a Bogotá. Aunque aparece como cabeza de hogar, no hay información sobre cónyuge y número de hijos.

Asegura que, de parte de sus padres adoptantes, “sufrí abuso sexual, violencia física y otros”.

Agrega: “Mi padre adoptivo y mi padre real trabajaron juntos, negociaron cómo salvarle el honor a Rodolfo, mi padre real, y salvar su matrimonio”, “como si yo fuera una mercancía”, se lamenta.

Por medio de Claudia Acero, quien maneja su agenda, el candidato Rodolfo Hernández fue invitado por La Nueva Prensa a dar su versión sobre esta historia, pero no contestó.

Rodolfo Hernández encara otra controversia pública respecto de una hija adoptiva a la que habrían secuestrado las FARC o el ELN. El candidato sostiene que se negó a pagar un rescate de dos o cinco millones de dólares y ella fue asesinada en cautiverio, pero otras versiones indican que estaría viva, lo que tampoco ha sido comprobado.

El pasado 26 de abril, Ortiz Clavijo reiteró en Twitter su sospecha de que Rodolfo Hernández podría ser su padre y en este video el supuesto hijo negado le pide una prueba de ADN al candidato Rodolfo Hernández:

Ortiz Clavijo sostiene que es titulado en estudios literarios de la facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, de acuerdo con el acta de grado # 11967, folio 26, del 9 agosto 2007.

 

En noviembre de 2004, Ortiz Clavijo contactó a la  Fundación Internacional para el Reencuentro, dirigida por el periodista Alejandro Muñoz Garzón,  en solicitud de que le ayudara a encontrar principalmente a su madre biológica verdadera.

“Mi nombre real y que más uso”, dice Ortiz Clavijo, “es Rodolfo García, nací el 9 de octubre de 1978 en el Hospital Ramón González Valencia. El nombre de mi padre es Rodolfo y mi madre biológica se llama Cecilia García. A ella la busco porque le debo agradecimiento, no a mis adoptantes que ejercieron abuso y violencia, incluso sexual. Toco el corazón de los santandereanos para que me ayuden, ya que mi adopción fue un favor y los firmantes de avalar tamaña canallada son varios de los nombres de familias importantes de la construcción de aquellos tiempos”.

En julio de 2017, el supuesto hijo desconocido de Rodolfo Hernández escribió en la página Las 2 Orillas:

“Como persona mayor de edad, siempre he luchado por mi pasado biológico, de manera forzada buscaron inventar un vínculo familiar que nunca se creó. Muchos testigos en mi vida en Bucaramanga pueden revelar que todo mi destino lo he generado por iniciativa propia. Mis padres eran mis profesores, luego los libros y luego mis profesores de universidad.

“Tengo ya 38 años y bien dice la ley, los artículos 61 a 78, 107, 108 y 123 a 127 del Código de la Infancia y la Adolescencia - Ley 1098 de 2006 regulan la institución jurídica de la adopción. Acorde con estas disposiciones no existe el derecho a adoptar, sino el derecho fundamental del niño, niña o adolescente a tener una familia. De esta manera, la adopción es principalmente y por excelencia, una medida de protección" (artículo 61).

“Jamás la familia Ortiz y la familia Clavijo significaron algo para mí. Desde 1985 sabía que no eran mi familia, desde 1994 conozco los primeros indicios de mi familia biológica. Hasta el 2006 pudimos recolectar la mayoría de documentos, entrevistar a los participantes de la época.

“En aquella época el ICBF en menos de un mes recibió una solicitud para adoptar, para valorar y para designar. Fue validado por cuatro familias poderosas la idoneidad de los adoptantes. Sufrí abuso sexual, violencia física y otros. No eran los pertinentes.

“Socorro, la señora del lógico, ético y estético más famoso de Santander, fue la que revisaba mi proceso porque ella sabía mi verdadera filiación.

“Por más que legalizaran otro apellido, desde antes, mi padre adoptivo y mi padre real trabajaron juntos, negociaron cómo salvarle el honor a Rodolfo, mi padre real y salvar su matrimonio. Eso significa una manipulación, un fraude pintado de legal, como si yo fuera una mercancía.

“El artículo 76 me da el derecho a conocer mi origen, y bueno en honor a mi madre, uso el nombre de mi padre y el apellido de mi madre, como escritor, Rodolfo García”.

 

Alejandro Muñoz declaró:

“La Fundación Internacional para el Reencuentro certifica que, con fecha 14 de noviembre de 2014, recibimos una solicitud por Internet  para la búsqueda de los padres del señor Gustavo Eduardo Ortiz Clavijo, con cédula 79797535, de Bucaramanga. Según el solicitante, quiere encontrar a su madre biológica, Cecilia García, sin más datos, y a su padre, a quien únicamente identifica como Rodolfo. El solicitante afirma que fue objeto de una desaparición consentida entre las partes, vale decir, su padre, que trabajaba en el sector de la construcción, y la familia Ortiz Clavijo, a la que acusa de violación cuando era menor”.

Muñoz explicó que su fundación se dedicó a buscar mujeres con el nombre Cecilia García, encontró en Santander a cerca de 1.600, pero no llegó a una en específico. 

“Si el candidato Hernández accede voluntariamente a un examen de ADN, ambos pueden encontrar prontamente la verdad y descansar”, agregó Alejandro Muñoz.