Propuesta abierta al presidente de Colombia.

01 Noviembre, 2020

Por RAÚL A. PERDOMO SALINAS

En medio de la crisis socioeconómica  que vive el país, agravada por la situación de emergencia por la pandemia del COVID 19, y teniendo en cuenta que el descontento social es general, pues no existe hoy un sector que no haya sido golpeado por la cuarentena obligatoria  decretada  por el Gobierno Nacional y que esta situación se vuelve interminable mientras no exista una vacuna para el virus, el país requiere urgentemente entablar un diálogo nacional que le permita proponerse con todas las “fuerzas vivas” de la nación, un objetivo común: reactivar el país.

Se hace necesario proponerse, un nuevo rumbo, distinto al que se plasmó en el Plan Nacional de Desarrollo, porque la enfermedad nos ha impuesto nuevos retos que son prioritarios solucionar, para evitar, ante todo, que sigan perdiéndose vidas humanas por la pandemia y el colapso social por el cierre de empresas y la falta de empleos.

Pero contrario a lo anterior, el país se ha sumido en una polarización que hasta la pandemia ha sido utilizada mediáticamente para atacarse y contraatacarse entre miembros del Gobierno y líderes políticos de oposición.  

Ayer protestaron los indígenas por los asesinatos y el despojo de sus tierras por parte de grupos armados ilegales que el ejército colombiano se ha demostrado incapaz de neutralizar. Luego los trabajadores, con justas razones, ya que no hay un norte que nos indique cómo vamos a hacer para recuperar nuestra economía y cómo vamos a ser insertados en ella de forma tal que se promueva el emprendimiento y el apoyo a la pequeña empresa con incentivos que no vayan a ser devuelto luego en forma de créditos, con altos intereses, a los grandes bancos.

Mañana será el paro agrario, luego vendrán los camioneros, los estudiantes y así, no le van a alcanzar los dos años de gobierno que le restan al presidente Iván Duque para entablar un diálogo directo con cada uno de esos sectores que buscan, en muchos casos, soluciones a problemas comunes a todos los colombianos.

La salud, el desempleo, la inseguridad, la educación, la falta de oportunidades y de incentivos para el emprendimiento son problemas comunes que requieren de  respuestas integrales y no de un solo sector, ni del gobierno solamente.

Por lo anterior, se hace necesario convocar un Gran Diálogo Nacional que reúna a todos los sectores productivos, sociales y políticos del país en un solo espacio y con todas las condiciones reglamentarias de bioseguridad, para que se discuta,  para dónde va el país.

Esa reunión, permitiría a través de mesas de trabajo intersectoriales armar una estrategia integral que busque soluciones a problemas comunes,  como el de mejorar las condiciones de los hospitales y colegios del país ya que una de las conclusiones a las que se llegó con la pandemia es que no tenemos, ni lo uno, ni lo otro y que en ninguno de los dos espacios,  está asegurada la vida en esas condiciones.

Se requiere ante todo determinar las prioridades y una de ellas es la de dotar a millones de niños que se han quedado sin educación por no tener una herramienta y el internet, que les permita tomar clases virtuales. Es necesario repensar el país y debe ser un trabajo de todos. No es haciendo ferias virtuales como vamos a poder ayudar a los grupos artísticos y folclóricos, es ayudándolos a ellos directamente como verdaderamente vamos a poder sacar adelante estos grupos denominados hoy de “economía naranja”. Economía bastante desdibujada.

Y los independientes que somos una gran masa etérea y mayoritaria en este país, aún no contamos con una renta básica que nos debe el gobierno por haber decretado una cuarentena obligatoria sin dar alternativas de solución a todos quienes tuvimos que abandonar nuestros puestos de trabajo y hoy no vemos ni luces para retomarlo nuevamente.

Pero para solucionar estos problemas se requiere la confluencia de todos los actores, los empresarios, los bancos, los organismos de cooperación y los sectores sociales, sólo así podremos ponernos de acuerdo y garantizar que este gobierno vuelva a retomar la gobernabilidad requerida para “capotear el vendaval”, como diría el maestro José Barros, pero más allá de eso, para llevar al país a buen puerto al final de la tormenta.