Maldita es la tierra que necesita héroes

31 Agosto, 2020
Retrato de Fabio Castillo en plumilla del maestro Héctor Osuna. Retrato de Fabio Castillo en plumilla del maestro Héctor Osuna.

Por FABIO CASTILLO *

Periodista y autor

Buenas tardes y permítanme primero reconocer el mérito indudable de un organismo como la Comisión de la Verdad, que tiene por encargo una tan encomiable misión, y que sea su presidente el sacerdote Francisco De Roux, cuya integridad personal e intelectual se convierte en la mejor garantía de un trabajo serio, a fondo e incluyente.

     Me agrada que hayan invitado a dos panelistas a compartir tarima de la verdad, porque así podrán hacer contraste con mi historia. Porque para mí el narcotráfico no es sujeto científico de análisis  ni de arqueología periodística o literaria. Para mí es la experiencia más dolorosa que padece Colombia y es también el reto más grande que tiene al frente, cuando el proyecto lanzado en 1982 parece empezar a cuajar, en medio de la indiferencia o la ignorancia de unos y el confinamiento de todos.

***

Escribió Brecht que maldita es la tierra que necesita héroes, y a mí me toca agregar que desgraciado será el país donde todos sus héroes han sido asesinados. Y más después de serlo por haber demostrado que los integraba el mismo material de que están hechos los sueños republicanos.

     A mí no me tienen que explicar la alta estatura moral de Rodrigo Lara Bonilla; el compromiso indeclinable con la verdad de Guillermo Cano Isaza en El Espectador; la férrea convicción democrática de Manuel Gaona Cruz; el trabajo sistemático y ordenado de Luis Carlos Galán por provocar una apertura política para la nueva generación, cuando la vieja compartía lecho con los grandes capos de la droga;  la voluntad del general Hugo Martínez de acabar con el cartel de Medellín, hasta llegar a poner la vida de su hijo en la primera fila de la batalla de la inteligencia, o el trabajo sistemático y ordenado del coronel Jaime Ramírez para acabar con la misma organización mediante el control prolífico de la distribución de los insumos químicos que usaban entonces para procesar la droga. Como tampoco me deben explicar las razones de Jorge Edgardo González Vidales para adoptar una clara línea de conducta jurídica frente a la extradición de traficantes de cocaína.  Y así puedo consumir todo el tiempo que me asignaron en recordar los nombres de la valiente generación que exterminaron los dineros y los sicarios del narcotráfico, y en hacer apenas un leve brochazo de los jueces, fiscales, procuradores y magistrados que se convirtieron en el dique de contención de la altisonancia mafiosa en boga. 

     Entonces, ¿por qué escribió Brecht en su Galileo que maldita la tierra que necesita héroes? Porque ello significa que sus contemporáneos abdicaron de cumplir con su deber, y ante la ausencia de contraste, el ser que obra bien y conforme a las exigencias sociales, se convierte en héroe de su tiempo.

     Ni Lara, Cano, Galán o Gaona querían ser o se veían como héroes, fue el medio donde desarrollaron su labor el que los hiciera exaltar.

     El vórtice de realidad que los hizo sucumbir ante la violencia mafiosa mimetizó su legado y hoy estamos ante una sociedad enceguecida por los medios de comunicación que ellos controlan y las redes sociales que ellos manipulan, para que los conocidos sean los nombres de los delincuentes que arrodillaron a un país y no los que los enfrentaron. Para que los elegidos sean los herederos de los capitales sin visa pero con pasaporte diplomático  y no quienes buscan generar espacios nuevos y sanos de convivencia y solidaridad política y social. Para que los gobernantes de hoy sean escogidos por el mismo dedo que ayer señalaba a las víctimas indefensas de sus matanzas colectivas.

***

     Pero a un país no lo definen sus circunstancias, sino su voluntad y capacidad se sobreponerlas.

      Articular esas fuerzas es ahora un mandato. Ya se ha dicho que no se pueden unir las puntadas mirando sólo hacia adelante, las que vienen hechas son las puntadas que tienen inscrito el camino hacia el futuro.

      Para cualquier demócrata la coyuntura actual es clave y lo que cabría preguntar es cuándo se orquestó el estado de cosas mafiosas que hoy debemos enfrentar: a mi juicio, ello se derivó de la impunidad que adornó el célebre proceso 8000, cuando la mafia comprometió sus recursos en elegir su propio presidente. Resulta obvio deducir que a partir de ese momento los capos del narcotráfico resolvieron prescindir de los intermediarios y  postular de manera directa a sus hombres más conspicuos, o los hicieron asesores de su proyecto. A sus bandas de sicarios y a los ejércitos de pobres dispuestos a poner en la mesa su vida como único valor de cambio los dotaron de uniformes y pusieron bajo las órdenes de los cuerpos armados regulares, y procedieron a conquistar.

      Lo de dotarlos con una idea y una ideología lo dejaron a los mismos argentinos y chilenos que hoy aparecen como los súbitos inversionistas extranjeros en el comercio local y así arrancó la descomunal guerra de pobres matando pobres, campesinos ayudando a despojar a otros campesinos, familias enteras siendo desplazadas por montones, en una inenarrable parodia de las guerras tribales del medioevo por asegurarse la propiedad de la tierra en favor de un señor que a cambio les prometía seguridad.

      El combustible de ese recrudecimiento fue, desde luego, el dinero de la cocaína, y con ello los unos lograron traerse mercenarios de la derecha, ex militares de Israel y el Reino Unido, para entrenar en ser despiadados a los nuevos sicarios, y los otros, de la izquierda armada, a un trío de irlandeses que les diseñaron un método de transformar cilindros de gas en armas letales para ser empleados contra las poblaciones civiles atacadas.

     Una guerra de pobres -de recursos y de oportunidades-, contra pobres -de recursos y oportunidades-, a quienes sólo alguna ocasión los puso en contacto con una persona que les definió el bando por el que terminarían haciéndose matar.  Qué insensatez es la guerra, pero ninguna tan absurda como la que pretenden reavivar los que todavía creen no poseer la suficiente cantidad de hectáreas donde albergar su pobreza espiritual.

                                                                  Gracias,

                                                                            Fabio Castillo

                                                                              

* Apuntes para desarrollar en la sesión virtual de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad.  Narcotráfico y paramilitarismo, del 26 de agosto de 2020.