Luces, cámara acción, Los elegidos son……

23 Octubre, 2019

Por NICOLAY DUQUE

Cuando tenía como 10 años creía que mi destino era ser presidenta de la república, idea que tardé poco en abandonar, a mis 16 decidí que había un camino más noble para cambiar el rumbo no solo de mi futuro si no el de muchos o algunos otros, la docencia. Me incliné de manera pronta, por aquello que los estudiosos denominan la comunicación - educación, yo no hago comunicación política, lo que hago es educar desde la comunicación como acción política, entendiendo la política como aquello que atañe al colectivo.

Dicho eso, ahora si mi opinión sobre las elecciones. Creo que de manera muy humilde que en este país y tal vez en muchos otros ( somos muy poco originales para muchas cosas) nos relacionamos con la “democracia” de manera equivocada, mucho de ello porque no la entendemos, pero también porque es un sistema pensado para una sociedad que ya no existe y en la medida en la que se ha envilecido la sociedad actual, el sistema de relacionamiento y de interlocución lejos de ponernos a todos y todas como iguales, ha generado nuevas capas y el ascenso al poder de unas clases políticas definidas por principios enfermos, donde los soba chaquetas, los manzanillos, los lagartos, los lambones, los serviles, los tramposos, los vale huevo y la frase de “ lo importante es llegar” son los que mandan la parada.

De esa manera la democracia, ha degenerado en PATOCRACIA , un término acuñado por el psiquiatra polaco Andrzej Lobaczewski, que hace referencia a un sistema plagado de “políticos” ( más bien idiotas) paranoicos, megalómanos, el empobrecimiento de los valores morales, una estructura social basada en el interés propio más que en el altruismo; Actividades encubiertas dentro del gobierno, y vigilancia de la población en general; el gobierno de la fuerza o el miedo a la fuerza; entre otras características que seguramente les parecen muy cercanas. Pero la característica de este modelo de gobierno que me más me llama la atención es aquella donde la dirigencia política muestra una actitud de hipocresía y desprecio hacia los ideales que dicen seguir, y hacia los ciudadanos que dicen representar. Así pues como se ha sobre diagnosticado, nuestro país es en su conjunto es un poco patológico. Y digo en su conjunto, porque si bien quienes nos dirigen son como describí, la verdad es que “ nosotros, el pueblo” hemos permitido que la política y sobre todo las decisiones políticas se conviertan en entretenimiento, un factor del que me desprendo y del que decido no infectarme, ni aportar con solo apagar el televisor, no escuchando radio, no conversando sobre el tema, no participando en nada, no saliendo a votar y definiendo como postura el ! eso nada tiene que ver conmigo! , o peor aún, tratar las elecciones con ese tal voto útil, donde no nos tomamos la tarea de soñar (que es gratis- aun), de votar con visión de futuro, si no de votar disque por el que va a ganar como si alguien nos diera un premio por atinarle al que es. Y ahí se da paso a otro concepto interesante MEDIOCRACIA.

Unos dicen que mediocracia es el poder determinado por los medios, que en un estado patocrático obvio dependen de la publicidad, pero en realidad me gusta la denominación de Alain Delaunt que habla de cuando los “ mediocres” llegan al poder. Y pienso que las dos se complementan, pues los medios de comunicación que definitivamente no son el enemigo solo son un medio, desde siempre han definido gran parte de la agenda pública, su tono y su profundidad. Y en nuestro país son un factor cultural de inmenso valor, pero le sirven a alguien siempre, y ese alguien nunca es “el pueblo”. A quién le sirven? Pues a los enfermos y mediocres que han dirigido los destinos de esta patria.

Cómo cambiamos eso? abandonando la zona de confort, erigiéndonos como personas (individuos que se entienden parte de un colectivo) interesándonos, conversando, aprendiendo, amando, soñando, entendiendo que las elecciones no son un concurso de popularidad, no se trata de quien más salga en televisión o de atinarle al candidato o candidata ganador, basando nuestra decisión en esas encuestas pendejas. Se trata de recuperar y re valorar el libre albedrío, la libertad de decidir nuestros destinos, rehusándonos a ser solo “útiles” y definiéndonos como! DEFINITIVOS! empoderándonos como ciudadanía activa y definitiva.

Que dices? Participamos libremente en estas elecciones y votamos con la cabeza fría y el corazón caliente o de frente nos entregamos a la decadencia y la mediocridad?

Nicolay Duque Aricapa

Calladita no me veo más bonita.