Colombia empezó un paro nacional el 21 de noviembre, organizado para hacerle saber al gobierno que los ciudadanos no están de acuerdo con tan desastrosa administración, que se ha manejado en contravía del bienestar social general. Todo lo que prometió el actual presidente en campaña no se ha hecho realidad y, al contrario, ha hecho todo lo posible por golpear lo más duro posible a los trabajadores colombianos.
Las centrales obreras aseguran que el Gobierno de Duque prepara un "paquetazo" de reformas que causarán un fuerte impacto económico y social en los trabajadores, como eliminar el fondo estatal de pensiones Colpensiones, aumentar la edad de jubilación y contratar a los jóvenes con salarios inferiores al mínimo, entre otras medidas.
El país no aguanta más desigualdad, no quiere seguir sufriendo el atropello de sus altas clases políticas y económicas ni que la pobreza sea tomada con burlas como las que acaba de hacer el DANE al decir que un colombiano que gane 250 mil a 530 mil pesos está entrando en la clase media, y una persona que supere esa cifra será considerada de clase alta. ¿Habrase visto tal desfachatez por tratar de burlar análisis y realidades?
Colombia está en ebullición social y aunque son varios los sectores que están creando una narrativa para darle importancia al vandalismo y la violencia, la verdad es que la protesta ha sido pacífica, pero ha tenido cuatro muertes a manos del Estado, como fue el caso de Dilan Cruz que hoy es uno de los símbolos de la protesta. El joven se convirtió en la primera víctima mortal de la violencia policial en el país desde que se iniciaron las protestas el jueves pasado y se suma a otras tres personas que murieron en disturbios ese día en las ciudades de Buenaventura y Candelaria, en el departamento del Valle del Cauca. Por su parte, Duván Villegas está al borde de quedar sin movilidad a causa de una bala que disparó el ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios), mejor conocido como el escuadrón de la muerte; cabe recordar que justamente uno de los puntos que exige el comité del paro actualmente es el desmonte de este grupo.
El Levantamiento Popular es un ente orgánico, con vida propia y no es aconsejable ni posible ponerle una sola cara o que ciertos líderes se apropien de esta fuerza social. No obstante, hay ciertas figuras con notoriedad nacional que han asumido un papel relevante en este levantamiento popular. Una de ellas es el actor Julián Román que tiene una claridad fundamental para crear una atmósfera de protesta: sabe que Colombia ha sido vejada a través de su historia, los colombianos han sufrido y hoy es uno de los países más pobres del planeta a causa de la corrupción y las medidas lesivas para un pueblo que no tiene suplidos sus derechos universales. Julián Román salió a ser tendencia esta semana cuando el criminal condenado Andrés Felipe Arias le envío una carta que los 'grandes' medios del país inmediatamente salieron a publicar para hacerle eco. En la carta se leía: “No soy el criminal que usted cree que soy”, y quizá tenga razón, pues debe ser peor de lo que todos creemos. Julián con su claridad e inteligencia le contestó de manera contundente al show mediático que quisieron orquestar para favorecer la imagen del delincuente. Así les contestó el actor: "No pretendan meterme en una controversia mediática. No nos dejemos distraer de lo realmente importante", que para él no es otra cosa que el levantamiento popular por una Colombia con justicia social.
Otra de las artistas que ha abrazado la causa y se ha unido a ella es Adriana Lucía, una mujer costeña que es la jovialidad andando, una de la voces del vallenato más reconocidas a nivel nacional e internacional. Se la ve muy comprometida en la lucha por un país más incluyente y con más oportunidades para todos. Ha arrastrado e invitado a sus seguidores a que abracen esta manifestación social como suya y lo ha logrado.
Estos son alguno de nuestros artistas, hay muchos de ellos que sentaron una posición y están del lado del pueblo, saben que estamos viviendo un momento histórico de transformación social, donde obreros, estudiantes e indígenas se han unido en una sola voz para conseguir un mínimo de dignidad para vivir. Así lo entendieron Tostao y Goyo de Chocquibtown, quienes han hecho un llamado para que nos unamos y nos levantemos en resistencia para trabajar por un país mejor, con pensión, salud, educación y trabajo para todos los colombianos.
Aunque el Levantamiento Popular es una manifestación orgánica, debemos también saber que todo suma; de ahí la importancia de la voz de algunos famosos o de personajes de relevancia nacional que están también en pie de lucha y que hacen que la protesta social se fortalezca. Latinoamérica está exigiendo un cambio de orden social, donde los ciudadanos tengan todos sus derechos esenciales cubiertos y que las élites dejen de adueñarse de los recursos de todos para el privilegio de unos cuantos. Pedimos a grito herido que los privilegios de unos pocos sean los derechos de todos. Y así lo vamos a lograr. Los aires de resistencia que recorren el planeta nos dieron el impulso para llegar hoy a donde estamos: la popularidad y aprobación del levantamiento y la protesta alcanza alcanzan el 70 por ciento mientras que el presidente está en la máxima desaprobación que un mandatario haya tenido.