"El lenguaje político está diseñado para lograr que las mentiras parezcan verdades y el asesinato respetable, y para dar una apariencia de solidez al mero viento".
George Orwell.
Tremendo problema se ha instalado como agenda del debate por la rectoría de la Universidad de Antioquia, derivado de una estrategia de manipulación mediática, que consiste en crear una distracción: hay un estudiante que lleva 39 semestres y cinco estudiantes más de treinta semestres y otros, más de catorce semestres.
Lo anterior ha generado un escándalo mediático y una polarización, que está más orientada a permitir el acceso al control de la Universidad. Desde esta perspectiva se da una situación, en la cual se ignora lo importante, para resaltar lo curioso y poco relevante y suscitar, de esta manera, una situación distractora para conseguir fines políticos inmediatos. En un contexto como este, la primera estrategia consiste en “desviar la atención del público sobre los problemas importantes”. Esta estrategia pone en práctica la llamada “técnica del diluvio”, que es una inundación continua de distracciones e informaciones insignificantes. Sesgar, fragmentar la información e ignorar lo importante es indudablemente una acción desleal y salvaje contra la sociedad y la Universidad, creando problemas para luego ofrecer soluciones.
La mecánica de esta estrategia, se resume en: problema-reacción-solución. Se crea un problema, que es una “situación” prevista; se causa una reacción en el público, de manera que la comunidad universitaria, demande medidas de solución.
Lo curioso de esta situación es que se está ocultando un hecho trascendental en la vida académica de la Universidad: durante casi veinte años, es decir, los 39 semestres del hecho curioso, la Universidad ha graduado a 84.352 personas en pregrado, mientras los otros cinco estudiantes que llevan más de treinta semestres en la Universidad, en esos quince años, alcanzó a graduar a 50.229 estudiantes. Ahora bien, como se trata de ajustarnos a los hechos, adjunto a esta, los datos que corrobora las cifras.
Año y número de graduados: 2003, 2.770; 2004, 2.466; 2005, 2.730; 2006, 3.131; 2007, 3.634; 2008, 4.263; 2009, 4.611; 2010, 4.317; 2011, 4.860; 2012, 4.058; 2013, 4.751; 2014, 4.313; 2015, 4.325. Cifra total en pregrado: 50.229. Año y número de graduados: 2003, 2.770; 2004, 2.466; 2005, 2.730; 2006, 3.131; 2007, 3.634; 2008, 4.263; 2009, 4.611; 2010, 4.317; 2011, 4.860; 2012, 4.058; 2013, 4.751; 2014, 4.313; 2015, 4.325; 2016, 3.918; 2017, 4.931; 2018, 5.285; 2019, 4.641; 2020, 3.223; 2021, 3.999; 2022, 4.011; 2023, 4.115. Total de estudiantes graduados en pregarado: 84.352. La fuente de las cifras es admisiones y registro.
No obstante, lo anterior, para hacer daño, suscitar el escándalo y desestabilizar la vida académica y crear el caos e imponer la agenda del proceso de elección del rector sincronizan los cañones mediáticos de sus afectos y crear un clima de zozobra, con una clara intención de afectar a la Universidad e incidir en el proceso de elección del próximo rector.
Es así como desde Blu Radio, El Tiempo, RCN, Infobae y demás poncheras y letrinas mediáticas al servicio de la política tradicional, corrieron a hacer un cubrimiento sesgado de los hechos.
Incluso, personajes como la Cabal y su hijo, acompañan el ruido con el propósito de convertir a la Universidad de Antioquia en un motivo de polarización en su proyecto golpista contra el gobierno nacional. Vuelve la consigna: salvemos Antioquia, recuperemos la Universidad de Antioquia del gobierno nacional que la financia. Pues sí, la universidad es por una leguleyada de orden departamental; sin embargo, el grueso de su financiación estatal, se hace desde la nación.
Ahora bien, la vocación misional de la Universidad es atender las necesidades de educación de todo el país. Por esta razón, estudiantes de todas las regiones, ejercen su derecho y acceden a los servicios educativos que en sus instalaciones se prestan. Lo anterior no se convierte en una dádiva, puesto que la Universidad es un espacio universal, no es un gueto provincial.
Finalmente, se puede afirmar que se oculta lo relevante y se sobrevalora un elemento singular del hecho, lo que deja al desnudo la intención manipuladora.
*Álvaro Cadavid Marulanda
Profesor titular Universidad de Antioquia
Doctor en Filología Hispánica
Facultad de Comunicaciones y Filología