La pólvora sí mata las aves

12 Diciembre, 2022

Por YERLY MOZO

 En Bogotá hace 4 meses venimos un grupo de vecinos haciendo seguimiento a unas aves conocidas como “alcaravanes”, debido a que en un momento determinado estaban siendo ahuyentadas con la propia guadaña por quienes guadañaban el pasto, lo cual llamó la atención y nos dimos cuenta de que las aves protegían un nido con 4 huevos.

En su momento Policía ambiental atendió, se dio aviso a las autoridades quienes realizaron visitas y capacitación a los funcionarios de la Federación Colombiana de Futbol (lugar de los hechos), ahora todos incluidos los guadañadores, estamos unidos cuidando y protegiendo las aves con sus nidos,

Los 4 huevos, nunca eclosionaron y finalmente con los meses fueron retirados por la Secretaría de Ambiente. ¡¡Pero como la naturaleza es maravillosa, el 11 de noviembre del 2022 nuevamente encontramos un nuevo nido con 3 huevos!!

Todos nuevamente muy felices hemos mantenido en vigilancia a las aves, quienes sorprenden en su tenacidad y  fortaleza, especialmente de la madre quien empolla 24 horas al día en una disciplina indescriptible, así llueva, truene, relampagueé o haga un inclemente sol. Apenas se levanta un par de veces al día y estira sus largas patas por un par de minutos.

Mientras tanto el padre ayuda a cuidar y alertar a otros alcaravanes quienes también cuidan desde otros lugares más lejanos y ante cualquier alerta de humanos u otras aves basta un sonido fuerte para que todos lleguen en cuestión de segundos a espantar el posible peligro con un canto fuerte y agudo  acompañado de vuelos  intimidantes y sincronizados como una gran familia.

El 7 de diciembre eran más o menos las 10 de la mañana cuando tuve el enorme placer de verlos caminar por primera vez a los 3 polluelos junto al padre y la madre, perfecto para acompañar un hermoso pastal de los pocos que quedan en la sabana de la ciudad.

¡¡Es un verdadero espectáculo de la naturaleza!!

Pensé no ir a mis labores diarias para quedarme admirando esa belleza de la que tenía el privilegio de ver en vivo y en directo, no solo como un documental de Animal Planet, porque no se compara para nada la emoción y maravilla de verlos. Ese mismo día señalan los vecinos, llegaron los demás alcaravanes a mirar los polluelos uno por uno volando como dando la bienvenida a este mundo.

Lejos de imaginar lo que pasaría me fui, pero justo era la noche de las velitas, ¡¡la noche en la que la desenfrenada industria e indiferencia con los más vulnerables llenó los cielos de pólvora con ruidos que tuvieron la capacidad de causar la muerte a dos hermosos seres que apenas llegaban a este mundo y murieron bajo las alas de la madre que los protegía en absoluta indefensión de la crueldad humana!!

El polluelo que sobrevivió a la pólvora no lo logró ante otra causa que a hoy desconocemos y ahora  vemos al padre y la madre juntos caminando y cantando por todo el pastizal como llorando la pérdida de su razón de existir.

Y yo solo quisiera decirles que: ¡LA PÓLVORA SÍ MATA LAS AVES!