La cartilla de los “sabios”

01 Marzo, 2023

Por CICERÓN FLÓREZ MOYA

 Está confirmado hasta la saciedad que la mayoría de la llamada clase dirigente de Colombia es enemiga de todo cambio en el país que toque sus intereses. No le gusta la paz como tiene que ser para garantizar su consolidación, incluida la reparación a las víctimas y la no repetición de atrocidades criminales, además de una reforma agraria efectiva, la erradicación de la corrupción y la democratización de la política. También tiene reparos a las reformas de alcance social y a la renovación del modelo económico. Prefiere insistir en el clasismo de frustraciones colectivas y, por consiguiente, en la pobreza con todas sus secuelas de adversidades.

En su libro “Historia de Colombia y sus oligarquías” Antonio Caballero muestra lo que fue como gobernante de la colonia bajo la dominación española el arzobispo Caballero y Góngora. En sus funciones de virrey se quejaba ante la corona de los obstáculos a sus proyectos reformistas. “Chocó con el que él llamaba “el partido de los hacendados”, al que consideraba un obstáculo para el buen gobierno porque, explicaba en sus cartas al ministro de Indias, “por interés propio subvierten el orden, perpetúan la ignorancia y la escasez y rechazan las reformas (…)”. Lo que hacen hoy los opositores a las reformas del gobierno es una versión actualizada del conservadurismo colonial.  La cartilla de los nuevos sabios del establecimiento está surtida d verdades amañadas como muro levantado contra cualquiera posibilidad de cambio. Están definidos los inamovibles, que son los intereses económicos de quienes se consideran dueños de la nación. Para ellos es intocable el statu quo y prefieren la violencia a la paz, la corrupción a la honradez, la ignorancia al conocimiento, la enfermedad a la salud, la pobreza a la satisfacción de las necesidades. Por eso le ponen tacha a cuanto correctivo se busque en el propósito de reconocer derechos y la dignidad de que es merecedora la existencia humana.

Como a los opositores no les alcanza la argumentación que esgrimen contra los cambios propuestos entonces se ayudan con el recurso de la mentira para generar pánico. Su finalidad es frenar el nuevo rumbo que requiere la nación para superar tantos problemas acumulados y que han generado como secuela el atraso, el hambre, la violencia y una desigualdad que no se puede tapar.

Los voceros amaestrados de los gremios y sus altavoces cotidianos distorsionan a sus anchas con la pretensión de que no haya claridad sobre lo que debe hacerse en función del bienestar colectivo.

Pero se debe insistir, bajo las garantías de la democracia, en abrir espacios de cambio en el país para reconocer la paz, la educación, la salud, el trabajo, la seguridad ambiental, como derechos funcionales y soportes de la vida.

Los cambios no son para glorificar a nadie en particular. Tienen es el alcance de darle a Colombia una dimensión de estabilidad. No puede seguir este país reducido a los caprichos de “la mezquina nómina” de privilegiados ni depender de la cartilla de unos sabios anquilosados en sus dogmas de gobierno.

 

Puntada

El debate de control político sobre reapertura de la frontera Colombo-venezolana promovido por la senadora Piedad Córdoba y realizado el pasado jueves en Cúcuta tuvo resultados positivos. Tocó los aspectos fundamentales del tema y dejó conclusiones que deben ser tomadas en cuenta y asimilarlas.

 

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(Publicada en La Opinión  26 de febrero 2023)