Hilarious

17 Octubre, 2020

Por ADRIANA ARJONA

La realidad de hoy es delirante y absurda. Muy absurda. Trump se contagia de Covid-19, se cura en tiempo récord gracias a un tratamiento que costó miles de dólares por día, sale del hospital como quien corre una maratón, y unos científicos emiten un certificado asegurando que el presidente no puede contagiar a nadie. El republicano es invencible, tiene inmunidad posterior al Coronavirus. Superman es un pati-hinchado. “No le teman al Covid”, dice el payaso con peluquín dorado, boquita en gesto permanente de pato, y ojos enterrados entre las marcas blancas que le dejan las gafitas de la cámara bronceadora. “Me siento mejor que hace 20 años”, afirma. ¿Qué más nos queda que perder por completo la razón y reírnos como locos, desquiciados, a carcajadas? Un gran porcentaje del país más poderoso del mundo, que se precia de defender su democracia -y las de todos los países que invade- sigue a una caricatura neonazi con trastorno narcisista de la personalidad, que desde ya anuncia que no aceptará el posible triunfo de su contrincante.

Y la cereza sobre el helado: el narcisista gringo felicita a través de un tweet a Uribe Vélez, y lo califica de héroe, cuando una juez lo libera del “secuestro” en el que lo puso la Corte Suprema de Justicia por el caso de compra de testigos. El héroe, por su parte, le da “gracias a Dios” al conocer la noticia de que podrá defenderse en libertad. No creo en Dios. En ningún dios. Pero si existe y algo tuvo que ver con la liberación de Uribe, creo que habría que demandar a ese dios que ha permitido tanta injusticia. Le cabría una tutela. O varias. Porque se nos ha violentado una serie de derechos fundamentales: el derecho a la vida, a la salud (sobre todo a la mental), a la dignidad, y hasta al buen nombre como país.

Ahora bien, puede ser que con la frase “gracias a Dios” el Innombrable esté reconociendo que sólo un poder superior podría salvarlo de sus pecados. Es decir, Uribe da gracias a Dios porque es en realidad un milagro que habiendo perpetrado tantas fechorías vaya a quedar impune, como hasta ahora.

Hay una palabra, “Hilarious”, que los gringos suelen utilizar para describir algo extremadamente cómico. El comediante Louis C.K., ganador de varios premios Emmy, dice en uno de sus stand-up comedies titulado con la misma palabra, que “hilarante es cuando algo es tan gracioso que uno casi se vuelve loco al oírlo. Tiene que ser algo tan chistoso que casi te arruina la vida, y te vuelves un vagabundo porque ya no puedes aceptar ni lidiar con la razón, pues esa cosa hilarante destruyó tu mente, y tres meses después tienes mierda y hojas en el pelo, y estás empapado de orina en la entrepierna”.

Creo que estoy al borde de volverme una indigente loca, con mierda y hojas en el pelo. La realidad es tan delirante y absurda que ya casi que ni vale la pena indignarse. Es mejor, más sano, asumir que todo lo que sucede es una enorme y estúpida broma de la que uno no puede más que partirse en mil pedazos de la risa.

Me topé en internet con una mujer que escribe sobre “la amora a su cuerpa”. Otra tal Mayra Cuoto propone que, con el fin de que haya más espacio para nosotras, deberíamos hablar de la munda. La cuerpa y la munda. Muy en línea con la estudiante salvadoreña que en su tesis de grado suprime la letra O en todo el texto y aborda el tema de “La Cuerpa: espacia de lucha y terrena para hermanas en resistencia”. Leo esto y siento ganas de mandar todo al carajo, salir a la calle y decirle a Sandro, el que duerme en la calle con Mercedes, que me abra un huequito entre los dos. Puedo dedicarme con ellos a mirar las cuerpas de las turistas y los turistos y adivinar de qué parte de la munda son. Quizá, hacer simplemente eso me alegraría más la vida, me causaría más risa, es decir, sería más hilarante que estar investigando sobre el cuerpo, encontrarme con la cuerpa y sentir una indignaciona de la tamaña de la universa por una concepta tan pobre de la feminisma.

Insisto: la realidad está en extremo delirante. A pocas semanas de que se haya desclasificado información de la CIA, en donde queda al descubierto lo que tantos han investigado y comprobado en cuanto a las relaciones del expresidente Uribe Vélez con el narcotráfico y las autodefensas, en Miami le ponen su nombre a una avenida. Condorito haría: ¡Plop! Definitivamente, entra en la categoría de hilarante porque algo así no puede tomarse en serio, es un chiste que a muchos nos arruina la vida y nos hace perder la razón para siempre. Para este momento ya estoy en la indigencia con Sandro y Mercedes y tengo hojas en el pelo. No puedo dejar de dar botes de la risa. Toca reírse de la imbecilidad de tanto facho que repostea con orgullo la foto del letrero de la avenida, toca reírse para no morir de tristeza por todo el dolor que ha tenido que atravesar un país entero para beneficio de unos pocos innombrables (y lograr que Miami le ponga el nombre del Innombrable a una avenida).

No hay duda de que vivimos una realidad Hilarious. Desde que lo liberaron, e incluso estando “secuestrado”, el Innombrable se ha dedicado a incendiar las redes invitando a reprimir la manifestación pacífica de los indígenas que en el gobierno de Duque han visto masacrar a 170 de los suyos. “Ojo con la Minga”, insiste una y mil veces, asegurando que se avecina una toma socialista del Estado en Colombia.

Duque no se anima a atender la Minga dizque por temas de seguridad. Me lo imagino haciendo casting de policías a ver quién será la próxima agente que le sostenga la sombrilla a la Primera Dama, o viendo tutoriales de maquillaje para verse más guapo en sus programas de las 6 p.m., que parece ser lo único que le importa. En el fondo, tal vez, lo que más quería en la munda era ser presentadora de televisiona. ¡Con esa cuerpa!