Después de 25 años de permanecer bajo la lupa de la justicia, Santiago Uribe Vélez (hermano del hoy ex senador, ex presidente y presidiario Álvaro Uribe Vélez) fue arrestado por haber, supuestamente, cometido homicidio múltiple y creado el escuadrón de la muerte del narcotráfico “Los Doce Apóstoles”, al que le atribuyen más de 300 asesinatos.

            Santiago Uribe Vélez actualmente espera sentencia en un tribunal de Medellín y Álvaro Uribe Vélez está siendo investigado por la Corte Suprema de Justicia sobre “Los 12 Apóstoles” y sus crímenes de lesa humanidad, los cuales son imprescriptibles.

            Uno de los cómplices de Santiago Uribe Vélez y hoy testigo de cargo es el Mayor de la Policía Nacional, Juan Carlos Meneses, quien permanecía fuera del país, pero regresó para entregarse a la justicia y quedó preso.

            Meneses me recibió en exclusiva con el periodista Gonzalo Guillén en la cárcel de Policía de Facatativá, donde se encontraba, y ratificó todos los señalamientos que le hace al hermano del ex presidente y, en algunos casos, al propio ex presidente. Tanto la versión de Meneses como el voluminoso expediente judicial que se usará para su juzgamiento, mencionan a Álvaro Uribe Vélez como protector del grupo paramilitar.

            De acuerdo con Meneses, “Los Doce Apóstoles” fue un grupo de “limpieza social” que operó en el departamento de Antioquía, ubicado en el noroeste de Colombia, y su objetivo principal era asesinar a sindicalistas, extorsionistas, ladronzuelos, guerrilleros y expendedores de droga, con la complicidad de la Policía y del Ejército. 

            La banda criminal era liderada por el hermano del expresidente Álvaro Uribe y de ella también hacían parte narcotraficantes, comerciantes y hacendados. Según el testimonio de Meneses, alias “Rodrigo” era el jefe de la parte rural y alias “Pelo de Chonta”, de la parte urbana. Las actividades homicidas de ambos eran coordinadas desde la hacienda La Carolina, de propiedad de los Uribe Vélez, donde se cree que se cometieron varios asesinatos y en la que también funcionaba una base de entrenamiento militar para sicarios del narcotráfico.

            Meneses dijo que entre los meses de enero y abril de 1994, cuando él fue asignado comandante del distrito de Yarumal, fue advertido por Santiago Uribe de que si no colaboraba con ese grupo, usaría sus influencias para que lo sancionaran en la Policía Nacional.

             La banda criminal contó con el amplio apoyo del párroco de la iglesia, Gonzalo Palacios, quien guardaba la información que le proporcionaban los feligreses bajo el secreto de la confesión y se la transmitía a Santiago Uribe Vélez, que procedía a armar los operativos para asesinar a las personas seleccionadas.

            De acuerdo con el testimonio de Meneses, Santiago Uribe pagaba un sobresueldo de aproximadamente 500 dólares al comandante de la Policía de Yarumal, Antioquía.

            Meneses afirma que el hoy presidiario Álvaro Uribe Vélez tenía pleno conocimiento de la operación de esta banda criminal y que Santiago decía que, si su hermano llegaba a la gobernación de Antioquía, el grupo contaría con su apoyo incondicional e institucional, como, en efecto, ocurrió.

            La investigación judicial por este caso y otros en los que aparecen los Uribe Vélez, se ha caracterizado porque la mayor parte de los testigos han sido asesinados, han desparecido o cambiado intempestivamente sus versiones.

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