Francia Márquez, Antígona de Yolombó

07 Diciembre, 2021
Mateo Romo. Abogado. Investigador auxiliar del Doctorado en Derecho de la Universidad Libre. Mateo Romo. Abogado. Investigador auxiliar del Doctorado en Derecho de la Universidad Libre.

Por MATEO ROMO*

Colombia atestigua un acontecimiento insólito: Antígona se ha lanzado a la Presidencia de la República. La historia oficial y conservadora no concibe a qué horas una mujer, una mujer negra, una mujer negra y joven, una mujer negra, joven y madre soltera, una mujer negra, joven, madre soltera y víctima de la violencia, oriunda de un territorio ancestral de comunidades afrodescendientes, aspira ocupar, con posibilidades reales de ser elegida (en el 2022 o más adelante), el cargo que han monopolizado, siglo tras siglo, los hombres y las élites.

Para hacernos con un destello de su perfil, pensemos por un momento, por virtud de la fábula, que la fauna y la flora podrían votar en las próximas elecciones. De ser así, el árbol y el río, 

el pájaro y el pez votarían por ella, por la Antígona de Yolombó: la activista ambiental Francia Márquez.

 

Memorias dentro y fuera de Ítaca

Francia Márquez aboga por retornar a lo indispensable, la vida, bajo la máxima de que el desafío ambiental es el mayor reto moral de nuestro siglo. El ambiente, asumido en sentido lato, comprende tanto los ecosistemas como las relaciones sociales, de manera que ambos mundos conforman una unidad indivisible, desde la perspectiva del reconocimiento mutuo y el intercambio de favores. Litigar en pos de la salvaguarda de la Natura no es nada distinto a ser un humanista por convicción o un romántico revolucionario que ve en la defensa del ambiente la defensa más ferviente de la vida.

Así lo entendió Francia, desde muy joven, tras participar en una acción colectiva orientada a evitar la desviación del río Ovejas a la represa Salvajina, que ya había provocado negativos impactos ambientales. Francia nació en 1982, en la vereda de Yolombó, ubicada en La Toma, un corregimiento del departamento del Cauca. Creció alrededor de dos ríos, el Cauca y el Ovejas. Cuando se propuso desviar el río Ovejas a esta represa, las comunidades se organizaron y, con la frente en alto, optaron por resistir, que es muy diferente a aguantar. El Ovejas es el alma de las comunidades anfibias aledañas. Francia creció cantándole y pescando hasta el anochecer. Con alegre nostalgia, recuerda dormir junto al río en compañía de su abuelo materno.

El río posibilita economías de subsistencia y alimento, al tiempo que propicia momentos entrañables y felices, como lugar de recreación, cuyo misticismo se puede reconocer en el hecho de devolvernos la niñez y la capacidad de asombro. El río, además, insufla tenacidad. Aprender a nadar en sus aguas es un acontecimiento que prepara a los pobladores para saber sortear toda clase de obstáculos, como los que plantea la contracorriente. Es, igualmente, una poética del espacio que, dada su belleza, sublima el espíritu e incita a la contemplación.

Esta solidaridad en el dolor y en la alegría, en la tradición oral y en la alimentación, en la pesca y en la economía, estimula otras clases de solidaridad, como la unión ante la injusticia o la violencia social. La intención de desviar el río Ovejas, por ejemplo, interpeló cada conciencia de los pobladores circundantes, que impidieron tal hecho. Estas praxis de democracia local y participativa han contribuido a la conformación de una identidad cultural popular ribereña, tenaz, orgullosa, rebelde y erguida, mediada por valores, símbolos, tradiciones e instituciones de solidaridad y reconocimiento mutuo a través de los cuales han confirmado que la vida solo tiene sentido en la lucha. El río es la condición de posibilidad de sus saberes, quehaceres y sueños en vigilia.

Aunque el río Ovejas no se desvió,

ha tenido muchas afectaciones porque ha llegado la minería ilegal que lo ha envenenado, que [...] [ha acabado con la minería artesanal], ha destruido varias zonas productivas, ha alterado el territorio. No solamente ha generado cambios de la zona en términos físicos, sino también impactos culturales que se han dado a partir de la llegada de personas de afuera. (Márquez, 2018a)

Igualmente, ha menguado la minería artesanal, fuente esencial de subsistencia que, desde tiempos remotos, los pobladores han practicado cerca al río. Aprendieron el oficio de sus padres, y estos lo hicieron de sus ancestros, que fueron traídos en condición de esclavitud y obligados a emplear su fuerza de trabajo en minas de oro. “La gente adoptó la minería artesanal como una forma de subsistencia, pero también como una manera de hacer comunidad alrededor de esa actividad. Y algo que aprendí es que la gente en la mina es muy solidaria” (Márquez, 2018a).

Francia, litigante del río, ha abogado por desmontar tanto la minería ilegal como la gran minería promovida por el Estado que, aunque legal, es, en sus palabras, inconstitucional, ya que también genera destrucción ambiental, desplazamientos forzados y riesgos de perder la soberanía alimentaria. Las comunidades negras e indígenas de la región están expuestas a una triple ala de violencia: estatal, paraestatal y trasnacional.

Convencida de que no hay mejor práctica que una buena teoría, pero también del hecho de que la segunda sin la primera es estéril, así como aquella sin esta es errática, Francia, en su primer año de Derecho, con el apoyo de varios abogados, instauró una acción de tutela, debido a que empezaron a darse órdenes de desalojo permanentes en su territorio.

Entre 2009 y 2010, Francia Márquez y Yair Ortiz Larrahondo incoaron una segunda acción de tutela para alegar la violación al debido proceso y la violación al derecho fundamental a la consulta previa, por parte de varias entidades estatales y otros particulares. A raíz de estas acciones, la Corte Constitucional expidió el Auto 005 de 2009 y la sentencia T-1045A de 2010. En el primero, constató lo inminente que resulta proteger los “derechos fundamentales de la población afrodescendiente víctima del desplazamiento forzado en el marco de superación del estado de cosas inconstitucional declarado en sentencia T-025/04”. En la sentencia, se reconoció que La Toma es una comunidad afrodescendiente y que dicha comunidad tiene un territorio ancestral. También se tutelaron los derechos fundamentales al debido proceso y a la consulta previa y se suspendieron los títulos mineros que se habían otorgado.

Tras la sentencia, los pobladores de La Toma fueron declarados objetivo militar. Aumentaron las amenazas de muerte y los asesinatos de líderes y lideresas sociales, por parte de Los Rastrojos y Las Águilas Negras, al tiempo que se incrementó dramáticamente la minería ilegal. En el 2014, comenzaron a operar catorce retroexcavadoras en las orillas del río Ovejas, cerca de La Toma, epicentro de minería ilegal.

Francia organizó la movilización de las Mujeres Negras por el Cuidado de la Vida y los Territorios Ancestrales o La Marcha de los Turbantes. Inició el 17 de noviembre del 2014, desde La Toma. Luego de diez días, y tras haber recorrido más de trescientos cincuenta kilómetros a través de las montañas, más de cien mujeres llegaron a Bogotá. Una vez en la capital, protestaron durante veintidós días, sin tregua ni descanso, y se declararon en asamblea permanente dentro del Ministerio del Interior.

Naturalmente, esta lucha plebeya ha generado múltiples expresiones contrarrevolucionarias, signadas por el distintivo de atacar a espaldas y en gavilla. Hostigamientos, persecuciones, amenazas de muerte y atentados obligaron, en el 2014, el desplazamiento de Francia y sus dos hijos a Cali. Los compañeros de lucha de la capital de la resistencia les abrieron las puertas de sus casas, con verdadero sentido de sororidad.

A contracara de estas páginas grises, la labor de Francia ha sido reconocida ampliamente. Su lucha colectiva ha sido celebrada tanto nacional como internacionalmente. En el 2015, por ejemplo, recibió el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia en la categoría Defensora del Año. En el 2018, obtuvo el Goldman Prize —el Nobel Ambiental. En su discurso de aceptación, dijo:

Soy una mujer afrodescendiente. Crecí en un territorio ancestral que data de 1636. Desde pequeños nos enseñan el valor de la tierra. Sabemos que los territorios en los que construimos nuestra comunidad y recreamos nuestra cultura no son un regalo, pues les costó a nuestros mayores muchos años de trabajo y sufrimiento en las minas y haciendas esclavistas. La crianza en mi comunidad se basa en valores como la solidaridad, el respeto y la honestidad. Se nos enseña que la dignidad no tiene precio, que resistir no es aguantar. Se nos enseña a amar y valorar el territorio como espacio de vida, a luchar por este, incluso poniendo en riesgo la propia vida. (Márquez, 2018b)

La complicidad entre legalidad e ilegalidad, la gran minería, las élites y la burocracia, la violencia estatal, paraestatal y transnacional han conformado un coloso esperpéntico, un Creonte criollo. Francia, la Antígona de Yolombó, con amor filial lucha por la salvaguarda de sus hermanos, que incluye la amplia y compleja constelación de pobladores indígenas, afrodescendientes y campesinos, así como al pez y al pájaro, al río y al árbol. Bien vale pensar que si Hegel viviera y conociera la porfía con la que Francia resiste, diría: “Se trata de una Antígona que encarna el supremo presentimiento de la esencia ética”.

 

“Soy porque somos”

Francia Márquez recoge la ética del Ubuntu en su consigna política “Soy porque somos”. Entre el abanico de posibilidades interpretativas, podría pensarse que el Ubuntu es una filosofía de la empatía y el reconocimiento mutuo, según la cual, cuando nos unimos, somos capaces de sortear toda clase de obstáculos (que, de estar solos, nos engullirían), hacer salir el sol por el Oeste y conquistar colectivamente la alegría. Es, si se quiere, la formulación africana del imperativo categórico.

Entre las varias traducciones del Ubuntu, podríamos destacar las siguientes: (1) “Yo soy porque nosotros somos, y dado que somos, entonces yo soy”. (2) “Nosotros somos, por tanto, soy, y dado que soy, entonces somos”. Esto, en clave de filosofía práctica, quiere decir que el llamado al que debemos atender es al de actuar bajo el horizonte del reconocimiento mutuo. Así mismo, al hacer de la empatía una emoción política con vocación transformadora, el Ubuntu es una categoría, al igual que una praxis de formación sentimental.

Hay, al menos, dos lastres que impiden la gestación del Ubuntu: el capitalismo y el patriarcado. Al respecto, nuestra Antígona ha dicho que “El patriarcado […] y el capitalismo han sido las formas de opresión que han destruido nuestra casa y por eso nuestro planeta está en altos niveles de riesgo” (Márquez, 2019). Como antídoto contra estos males sociales, Francia Márquez levanta, a mi parecer, las banderas del ecosocialismo feminista, en la medida que aboga por la reivindicación y el florecimiento de los derechos de las mujeres, especialmente, de las mujeres indígenas, campesinas, negras y diversas, al tiempo que propende por la conquista de garantías para las empleadas domésticas, las trabajadoras sexuales, independientes y ese amplio y fecundo conjunto de trabajadoras en potencia que, por su condición actual de desempleo, no dejan de ser parte constitutiva del complejo mundo del trabajo…

La praxis feminista de Francia se complementa con la defensa de los territorios, en clave de procomún, y su ensoñación posible de superar estructuralmente las desigualdades sociales, bajo la premisa de que el capitalismo es un sistema depredador y degradante de la vida social y natural.

Ya que las formas de discriminación y opresión, tras haberse entrecruzado entre sí, terminaron conformando un entramado de invisibilización y odio, nuestra Antígona asume la perspectiva de las luchas interseccionales como estrategia para ayudar a desenredar la madeja, con la convicción de que así podremos fungir como las moiras de nuestros destinos, retomar el ovillo de la vida colectiva y entretejer nuevos vínculos de amistad civil.

Los otros dos atavismos que Francia busca desmontar son el racismo y el colonialismo. Como líder afrocolombiana, bien sabe que el paradigma racial-clasista ha mutado desde la Conquista y sigue vigente en las instituciones y las mentalidades. Ayudar a expropiar este prejuicio también es su propósito, de modo que su retrato se sigue expandiendo, ahora con la presencia de una romántica-revolucionaria, que ve en la refundación de la democracia la mayor estocada decolonial, en aras de que el ser, el saber y el poder sean releídos en clave de Sur, soberanía y unidad latinoamericana. Francia es, así mismo, una activista pacifista. Estuvo en La Habana, como representante de las víctimas, y su intermediación fue importante en las negociaciones de paz entre el Gobierno y las Farc.

El que sea pacifista no riñe con el hecho de que Francia sea una combatiente apasionada. Esto significa que su idea de paz no se restringe a la acepción conservadora del término: cese del conflicto. La idea que relieva Francia es la de la paz positiva, imposible sin unos mínimos de dignidad, equidad y justicia.

En coherencia con el postulado de la paz positiva, defiende la iniciativa de la legalización de las drogas. Bien sabe, por ejemplo, que, en términos de derechos humanos, la principal víctima del Plan Colombia ha sido la gente negra. “Los desplazamientos forzados que se dieron en los territorios fueron consecuencia de la implementación de la política antidrogas” (Davis y Márquez, 2021) que promovió dicho plan prohibicionista, cuyo distintivo real es hacer de la política criminal una estrategia discriminatoria, que aparte de muertos deja miles de millones de dólares en los bancos, fruto de una clara alianza entre capital y narcotráfico, reforzada por un segundo maridaje, que es procedimentalmente anterior, en cuanto condición de posibilidad del negocio trasnacional de las drogas: la alianza entre Estado e ilegalidad.

Francia demostró su compromiso con las huelgas de masas en el gran Paro Nacional, apoyando la gesta de multitudes que logró descolocar al poder político y, a la luz de una digna rabia, dar atisbos de la mutación de oruga en mariposa. Esto es, de la transición hacia la alegría que insufla el asumirse como poder constituyente, con capacidad ilimitada de acción, en cuanto fuerza política-prejurídica.

Como respuesta, el Gobierno nacional, en defensa de un status policial-represivo, incurrió en terrorismo de Estado. Las voces de denuncia no se hicieron esperar. La reforma policial es una tarea de primer orden. Francia, por su parte, no duda en lo urgente que resulta desmantelar el ESMAD, desmilitarizar la Policía y sacarla del Ministerio de Defensa para incentivar el diálogo, evitar el abuso policial y allanar el camino de una policía civil, protectora de la vida y garante de un trato humanitario a los más vulnerables (Márquez, 2021).

Por su amor político al pueblo, Francia Márquez se reafirma como Antígona. No obstante, en esta nueva versión del relato tenemos la esperanza de que las similitudes no se extiendan demasiado, de manera que la vida no se atreva a imitar a la literatura en un desenlace trágico. Nuestra Antígona debe vivir para contarla. He aquí la importancia de que luchemos colectivamente por destronar a Creonte.

 

Referencias:

Davis, Angela y Márquez, Francia (2021, septiembre). “Soy Porque Somos”. Una conversación entre Francia Márquez Mina y Angela Davis. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=dNZSXzlDGag

Márquez, Francia (2018a, 27 de mayo). Francia Márquez recuerda su duro trayecto hasta el 'Nobel ambiental' [entrevista]. El País. Recuperado de https://www.elpais.com.co/colombia/francia-marquez-recuerda-su-duro-trayecto-hasta-el-nobel-ambiental.html

Márquez, Francia (2018b, 26 de abril). Este fue el discurso de Francia Márquez en los Premios Goldman. Mongabay. Recuperado de https://es.mongabay.com/2018/04/el-discurso-de-francia-marquez-en-los-premios-goldman/

Márquez, Francia (2019, 29 de abril). El patriarcado ha destruido este planeta [entrevista]. France 24. Recuperado de https://www.france24.com/es/20190428-ellas-hoy-francia-marquez-colombia

Márquez, Francia (2021, noviembre). Hablemos de reforma policial con las candidaturas presidenciales [debate]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=my6gfESA4IE