¡Feliz día del padre!

20 Junio, 2021

Por CAROLINA SÁCHICA MORENO

 El año pasado, ese atípico 2020, fue el último año en que le dije a mi papá “feliz día del padre”, con la acostumbrada alegría en medio de un fuerte abrazo; no imaginé que sería la última vez, de lo contrario creo que no lo habría soltado.

Partió el 4 de agosto, tras un infarto fulminante que siempre atribuiré a la pandemia y su implacable forma de marchitar; y hoy, día del padre, solo puedo recordarlo con una sonrisa de cariño y gratitud, por su infinito amor y sus interminables lecciones que cada día entiendo con mayor claridad.

Cuando tenía 20 años, estando en séptimo semestre de Derecho, le conté con la angustia propia de la situación, que estaba embarazada; su reacción no pudo ser más amorosa, en medio de su evidente confusión: “mi hijita, elegiste ser mamá y serás una gran mamá, la crianza no es fácil, habría preferido que lo experimentaras luego porque eres muy joven, pero decidiste que fuera ahora y ¡vamos para adelante! siempre que me necesites estaré para ti, debes cuidarte y cuidar a ese bebé que será mi primer nieto y desde ya, me hace muy feliz”. No paré de llorar ese día, era demasiado para merecerlo.

Me dijo que me apoyaría en lo que decidiera, si quería casarme o no, que respetaría el proyecto de vida que eligiera.

Seguí estudiando y me casé de blanco con cuatro meses de embarazo. Cuando caminábamos hacia la iglesia el día de mi matrimonio, mi papá me dijo que eso de “para toda la vida” que escucharía en contados instantes, no era verdad, que si no me ajustaba a las nuevas circunstancias podría arrepentirme, lo que siempre sería una opción en cualquier momento de la vida, decidiendo siempre por mi tranquilidad, que la muerte era lo único que no tenía remedio.

Un año después me estaba divorciando.

Le pedí a uno de mis profesores que tramitara mi divorcio. Recuerdo que con mi primer salario pagué sus honorarios -me hizo descuento- y como era un asunto de mutuo acuerdo, fluyó muy rápido. Profes que no se olvidan.

Mis padres me ayudaron con la crianza de Mateo, eran pensionados y tenían suficiente tiempo; qué afortunados fuimos todos.

Soy la menor de tres hermanas. Mi papá siempre quiso un hijo. Así que un día le pregunté por qué no esperar una primera, segunda o tercera niña. Dijo que la vida podía ser difícil para las mujeres en este mundo a veces hostil y que luego de ser “premiado” con tres hijas, su tarea consistía en una formación amorosa y sólida que les permitiera decidir dónde quedarse y de dónde marcharse; admiraba a las mujeres que luchaban por sus ideales en cualquier ámbito.

El discurso de mi papá me parecía muy obvio en su momento, pues lo escuchaba diariamente. Hoy entiendo que fueron impecables lecciones de feminismo sensato y sin fanatismos, que propendían por la formación de mujeres libres, sobre todo, libres de miedos implantados por figuras masculinas controladoras que pretendiesen decidir sobre sus vidas. No había espacio para normalizar el machismo.

“Compartir un proyecto de vida con un buen copiloto que te ayude a avanzar, a pesar de las dificultades, es un privilegio; tanto como lo es, no tener quien te joda la vida o quien quiera pilotearla a su antojo como si le perteneciera”, me decía.

Mi papá expresaba permanentemente su cariño a través de distintas y generosas manifestaciones que tengo grabadas en mi mente y en mi corazón; imagino que igual ocurriría si hubiese sido lo contrario.

Los hijos van registrando cada palabra, cada acción, cada abrazo, cada omisión, cada silencio, cada ausencia y cada presencia. Los buenos papás se llevan en el alma y se les recuerda diariamente, aun después de su partida. Tener un buen padre, es de lo mejor que le puede ocurrir a una persona, por eso nunca entenderé a quienes pudiendo hacerlo, no se hacen cargo y tampoco a quienes deliberadamente, pretenden arruinar esas relaciones.

Hoy le doy gracias a la vida por el inmejorable papá que me regaló, por su incondicionalidad, por la coherencia entre sus palabras y sus actos. El mejor legado.

Hay quienes dicen que papá puede ser cualquiera ... no lo creo así, solo los valientes logran ser maravillosos papás, a pesar de las circunstancias; y a todos los que hoy propenden por ese título, a los que protegen, aman y corrigen, labor de toda una vida, ¡feliz día del padre!