ANTIOQUIA - El pasado 4 de noviembre se presentó un feminicidio en la zona rural del municipio de Andes, Suroeste Antioqueño. La víctima era una joven de 18 años de edad.

Este hecho de sangre atroz ha consternado al municipio de Andes y al departamento de Antioquia. Paula Andrea Restrepo era estudiante de bachillerato.

Fuentes consultadas por la Agencia de Prensa Análisis Urbano afirman que unos extranjeros que están trabajando para una banda que está conectada con una de las líneas militares de la Oficina del Valle de Aburrá u Oficina de Envigado, serían los artífices del brutal asesinato.

Paula Andrea fue hallada a la orilla de una cañada

La joven fue hallada a orilla de una cañada, ultrajada y con evidencias de violencia sexual, así como varias heridas producidas por arma cortopunzante y huellas escabrosas de sadismo contra su cuerpo.

Varios días antes del feminicidio, la víctima venía advirtiendo a sus allegados que estaba siendo acosada por unos sujetos de nacionalidad extranjera.

Paula Andrea Restrepo Parra había salido de clases de la Institución Educativa Rural Santa Rita, el viernes 4 de noviembre, y desde ese momento se encontraba desaparecida. Horas más tarde fue hallada en grave condición pero aún con signos vitales. Paula Andrea fue trasladada a un centro hospitalario del municipio donde falleció por la gravedad de las heridas.

En Andes muchas mujeres están siendo acosadas

En el municipio las mujeres vienen siendo víctimas de acoso y agresiones sexuales de manera cada vez más frecuente. Muchas deciden no realizar denuncias por la revictimización que reciben de las autoridades municipales. Lo que pareciera ser un secreto a voces es ya la corrupción de las autoridades.

La criminalidad urbana y rural apadrinada por una de las líneas militares de la Oficina sigue manteniendo un poder hegemónico en Andes; ellos someten a la población, amenazan, desplazan forzadamente, extorsionan, reclutan y asesinan a miembros inermes de la comunidad.

El peor escenario es que las autoridades locales se hacen de oídos sordos ante un clamor generalizado de buena parte de la población. El control es total y la percepción generalizada es que han sometido a las instituciones locales.

Cabe recordar que los ilegales usan todos los corredores estratégicos de esta zona y se han instalado de manera premeditada para vigilar sus rentas ilícitas.

La institucionalidad no escucha a quienes denuncian lo que ocurre

Varios habitantes han buscado un canal directo con los altos mandos de la Policía de Antioquia, buscando exponerles lo que está ocurriendo para que ordenen investigaciones de fondo sobre las irregularidades que se vienen presentando con varios miembros de la Policía acantonada en Andes. Sin embargo, ellos, los que manda en la DEANT, al parecer no han accedido a abrir un espacio de confianza, evitando la posibilidad de destapar una escandalosa red de corrupción sobre la que todos los habitantes del municipio hablan y que funcionarios públicos y la fuerza pública quieren callar.

Con el feminicidio de la joven Paula Andrea en Andes se evidencia, una vez más, que el modus operandi de este grupo armado ilegal, ligado a la Oficina de Envigado, se caracteriza por la frecuente comisión de hechos violentos y dantescos, entre los que se incluye la administración de casas de tortura y pique y las prácticas de desaparición forzada.

También los sicarios de este grupo son reconocidos por su excesiva crueldad con las víctimas, el caso de la joven asesinada es una evidencia más que, a su vez, genera terror dentro de la comunidad.

De nada ha servido la Alerta Temprana 044-20 de la Defensoría del Pueblo, el peligro latente para mujeres y población vulnerable es alta, las alarmas están encendidas, solo falta una institucionalidad que de verdad quiera recuperar esta zona para los Andinos.