"Egoísta" es tener hijos para asegurar un futuro y una pensión

10 Enero, 2022

Por YERLY MOZO

“Dios, Alá, Yahvé, Amaterasu (o en quien crea) creó a todas las criaturas con amor y bondad, grandes, pequeñas, con forma humana o animal todos son hijos del Padre y fue tan perfecto en su creación que dio a cada uno su propio entorno y a sus animales un hogar lleno de arroyos, árboles y prados hermosos como el propio paraíso”, así reza un extracto de texto, escrito por San Francisco de Asís.

En marzo del año 2013, cuando el Cardenal Argentino Jorge Mario Bergoglio adoptó el nombre de Francisco en honor a “San Francisco de Asís”, santo patrono de los animales, generando una expectativa de un hombre de pobreza, paz y amor por los animales (como el mismo santo) un misionero de la esperanza. Esta concepción permitió al movimiento de defensores de animales percibir a este Papa como un ser liberal, un aliado desde la religión católica para cuidar y proteger a la fauna de la tierra.

¿Lo ha logrado? o al contrario, ¿Se aleja cada vez más de esta expectativa? La línea roja es delgada.

Para adelantar un análisis juicioso es necesario hacer una revisión en detalle de los avances de El Vaticano en dicha materia, para no entrar en juzgamientos acalorados, motivados por el impacto mediático reciente.

Los pronunciamientos de la Santa Sede (a los que suelo prestar atención siendo Católica) respecto a la vida animal han sido prolijos y sistemáticos a diferencia de pontífices anteriores; aquí algunos:

En diciembre de 2014, El Papa sorprendió gratamente a los asistentes de la Plaza de San Pedro, cuando señaló que “los animales cuando mueren van al cielo”, en respuesta a un niño que le formuló una pregunta sobre el deceso de su animal de compañía. El componente de fortaleza para este duro momento fue muy bien recibido por quienes aman a los animales en el planeta, en especial por las familias.

Dicha afirmación reviste gran importancia, pues toda clase de grupos de corte conservador han señalado históricamente que los animales “no tienen alma”.

En mayo de 2015, Francisco consignó sus posturas respecto a la vida animal en el texto denominado “Laudato Si´” (carta solemne que el Papa envía a sus obispos para adoctrinar sobre fe o costumbres). Allí habla sobre el cuidado de la “casa en común”, entendida esta como el planeta tierra, donde animales y personas compartimos la existencia. Dicha reflexión está encaminada al concepto de una ecología integral.

Francisco advierte además sobre la contaminación del agua, la tierra y el aire. Las afectaciones sufridas por los países en desarrollo, todo por cuenta del cambio climático y la ilimitada sobreexplotación animal sin tener en cuenta su valor en sí mismos como individuos.

El pontífice hizo en un llamado vehemente (en el mismo texto) a pensar en la vida animal al momento de crear obras de infraestructura, tales como carreteras, alambrados, embalses y nuevos cultivos, que indudablemente benefician al ser humano, pero que coartan la libertad de los animales: es imperativo buscar alternativas donde se respete el hábitat de otros seres vivos o al menos mitigar su impacto.

El Papa expresó en el texto que el sentimiento por los animales debe incorporar ternura, compasión y preocupación, también por los seres humanos, logrando así una sola conexión de amor que incluya la sociedad.

Concluyó en su escrito que los seres humanos debemos ser congruentes y dignos, evitando a toda costa el sufrimiento o el sacrificio innecesario de los animales, todo esto sustentado en el respeto religioso a la creación de Dios.

El Laudato Si´es un texto muy importante e histórico, pues visibiliza a los animales y la naturaleza con la que compartimos el planeta y la urgencia de cambiar hábitos. Sin embargo, el Papa persiste en no perder de vista la inclusión del amor por los humanos.

Otro ejemplo de sus posturas tuvo lugar en la Audiencia Jubilar de 2016, cuando hizo un llamado en el marco de la misericordia a la piedad de los humanos que necesitan amor: pidió no confundir este sentimiento con la compasión que se siente por los animales de compañía e hizo un llamado de atención ante la indiferencia por el sufrimiento de los humanos, muchas veces el mismo vecino.

Mas recientemente, en octubre de 2021, el Santo Padre trinó: “Junto a San #FranciscodeAsís, te alabamos, Padre, con todas tus criaturas, que salieron de tu mano poderosa. Son tuyas, y están llenas de tu presencia y de tu ternura. ¡Laudato si’! #TiempodelaCreación”

En contraste, las más recientes declaraciones del Papa desde Roma han generado controversia, pues al hablar de las bondades de la adopción de niños que necesitan amor y atención en todo el mundo invitando a que asuman el riesgo, aseguró que “renegar de la paternidad o maternidad nos quita humanidad” y calificó de “egoístas” a quienes no adoptan un niño huérfano, complementando dicha afirmación (en un tono burlesco e irónico) con una fuerte critica a las parejas que no quieren tener hijos o quienes solo desean a un hijo pero tienen animales, donde dichos seres sintientes ocupan el lugar de los hijos.

“Sí, perros y gatos ocupan el lugar de los hijos. Sí, hace reír, lo entiendo, pero es la realidad”, dijo.

Formuló algunas preguntas, cargadas: “Sufre la patria, ¿Quién pagará mi pensión? ¿Quién se hará cargo de mi?” al identificar que la civilización actual se vuelve vieja y sin jóvenes.

También pidió la intervención divina de San José (Padre adoptivo de Jesús) para despertar conciencia y ternura en las personas para ayudarlas a tener hijos, pues quien se casa debe tener hijos, porque ellos son quienes pensarán en el futuro de los padres.

Invitó a quienes no pueden tener hijos, a pensar en la adopción; tomar el riesgo, porque en su forma de pensar “el peor riesgo es no tener hijos”.

En cuanto al sorpresivo señalamiento de egoísmo, entendido como “excesivo amor a si mismo sin tener en cuenta el interés de los demás”, en realidad no resulta tan asombroso, por cuanto ya había venido expresándolo reiteradamente desde 2015 y 2016, cuando afirmaba que la piedad por los humanos no se debía confundir “con la compasión por los animales”, haciendo una clara distinción como especies, lo cual ahora termina con un mensaje global mas fuerte como líder espiritual.

Es imposible que como animalista y líder social no me sienta sorprendida por dichas palabras, pero es importante superar la emocionalidad y analizar con racionalidad: Si bien el planteamiento es equivocado y polémico, el trasfondo es el amor por la humanidad y eso es válido. Igualmente me ratifica el potencial de amor y ternura que tienen los animales en los seres humanos para transformar la sociedad, recuperar el amor por la humanidad y prevenir la violencia.

Si tuviese la oportunidad de hablar con el Papa (en un escenario hipotético) le invitaría a la reflexión. ¿Por qué se está perdiendo el amor por el ser humano? por que ahí es donde está el problema de fondo y no en los animales, que han logrado llenar el vacío de amor en las personas, un miedo enquistado que no le permite a los miembros de esta generación el tomar el riesgo de traer un hijo a este mundo.

La preocupación por la natalidad - justificada en todo caso - de Francisco, contrasta con las recientes cifras de nacimientos en el mundo, sobretodo en los países más pobres. Lo paradójico es que cada vez son más niños y menos recursos, por lo que a hoy muchos que ejercen la paternidad o maternidad lo hacen irresponsablemente cuando desde que nacen están condenados inevitablemente al hambre.

Qué decir a alguien que habita en la calle y que considera como familia a sus animales, los únicos que no lo juzgan y su lealtad le acompaña incondicionalmente, como el caso de Choco en Bucaramanga quien señala que “sus dos perros Shaggy y Luna son su familia y son todo lo que tiene en la vida”, ¿cómo exigirle que no sea egoísta y tenga hijos, no solo uno sino dos?

Me parece menos egoísta quien evita traer niños a este mundo a sufrir, a enfrentar la crisis social, de pandemia, psíquica, ambiental, renunciando así a la paternidad y maternidad, teniendo que enfrentar un futuro incierto para quien toma esta decisión. El evitar cargar a un hijo con la responsabilidad de velar por sus padres ancianos es una posición válida y en nada rivaliza con las posturas del Papa, quien además cuestiona el tener un solo hijo.
Hay que entender que los jóvenes Millenials, en medio de la incertidumbre que viven a diario en un mundo que se derrumba, brindan su amor y compasión a los seres que no pueden defenderse o subsistir por si mismos: los animales. Este es un acto de amor por donde se le mire.

Aunque el mundo sea adverso, los animales como seres sintientes nos brindarán la presencia y ternura de Dios para sobrevivir, así nos califiquen de egoístas.

Si bien humanizar a los animales no está bien, porque ellos son animales y como tal debemos entenderlos, en mi corazón me asalta una duda: mis dos perritos, Valery y Lukas ¿Me asimilan como una madre? o ¿como un amo? Dejo abierta la cuestión.