Siempre me he preguntado ¿por qué nuestros gobernantes quieren manejar a los colombianos como si fuéramos Norteamericanos o europeos? Será que todavía no se han dado cuenta que el 90% de la población es pobre, que pasa el día con una agua de panela y un pan, con zapatos rotos y sin lavarse los dientes porque no todos los dias hay agua y muchos sin poder planchar su ropa porque aunque logran con mucho esfuerzo comprar una plancha, no cuentan con energía eléctrica en sus viviendas.

Todavía no me explico a qué diablos viajan miles de expertos a Estados Unidos y Europa gastando millones de dólares en sus viajes para aprender en lujosas instituciones cómo educar a las nuevas generaciones de colombianos, muchos de ellos “con la pata al suelo” que logran sobrevivir a las masacres y al reclutamiento guerrillero, el impacto del narcotráfico, el desempleo y a la falta absoluta de seguridad social y oportunidades en un país donde las jóvenes antes de ser quinceañeras ya son madres de hijos no deseados, muchas veces violadas por sus propios familiares y a los 20 años muchas ya tienen 4 y 5 hijos de diferentes padres que las violentan, las abusan y luego huyen abandonándolas a su suerte.

Para qué enviar al exterior a tanto experto para que se hagan más expertos en manejar desde un computador en un cómodo y lujoso escritorio, el hambre de familias hacinadas en ranchos de lata y cartón levantados en zonas de alto riesgo, en las que viven por docenas de seres humanos entre abuelos, madres solteras, hijos sin padres, tíos, primos discapacitados y sin exagerar, entre dos y cuatro perros, tres gallinas, un loro, un conejo y dos gatos?

¿Hay que ir a países que lo tienen todo a volverse un experto en qué hacer con los que no tienen nada? Para empezar, ¿no sería mejor ahorrarnos esa platica y ponerla al servicio de una comunidad que puede empezar a autofinanciarse en el camino al progreso encontrando mejores condiciones y avanzando en el proceso de integración social? 

Aún no logro entender para qué viajar tan lejos a especializarse en “La pobreza” y alejarme de la esencia del tema cuando el sentido común nos dice que con solo mirar a nuestro alrededor hay tanta materia prima y para todo tipo de ayuda que en honor a la verdad y siendo bien prácticos, no se necesita estudiar tanto para darnos cuenta que lo que realmente se necesita es:

1. Acercarse a una comunidad pobre
2. Escuchar sus necesidades
3. Tener en cuenta las soluciones que ellos plantean
4. Hacer un plan de ayudas urgentes
5. Crear procesos de ayuda comunitaria.
6. No abandonar la comunidad a su suerte.
7. Integrar a todas las comunidades en procesos de desarrollo.

En momentos en los que la corrupción campea a lo largo y ancho del territorio colombiano, debemos empezar por ser honestos y volver todas las miradas a nuestros niños y jóvenes vulnerados y afectados por todas las hordas de violencia y corrupción incluidos el mal ejemplo de sus propios familiares y la pornografía mental que se apodera de ellos a pasos agigantados a través de la música y los estereotipos culturales que les llega desmesuradamente por todos los medios, entre ellos el voz a voz.  

Señores Presidente Ivan Duque Marquez y Ministra de Educación María Victoria Angulo González, antes de firmar órdenes a diestra y siniestra confirmando que debido a la pandemia se impartirá educación a niños y jóvenes a través de la internet, les recomiendo hacer una observación sencilla, llamando a sus respectivos Gobernadores y que éstos a su vez llamen a sus Alcaldes para que éstos a su vez informen: 

• ¿Cuántas poblaciones no cuentan con energía eléctrica y por supuesto con los recursos técnicos de señal de internet? 
• ¿Cuántos niños no tienen computador? (De paso, así se pueden enterar cuántos niños y jóvenes son pobres)

Sin necesidad de que hagan multimillonarias contrataciones de expertos, puedo contarles sin cobrarles un solo peso, Señor  Presidente Duque y Señora Ministra de Educación Maria Victoria Angulo que solo seis de cada cien niños en los campos y zonas rurales tienen un computador y el 96% de esos lugares donde ellos viven sufren por inconsistencia en el fluido eléctrico, tienen racionamientos o sencillamente no les llega el servicio de energía eléctrica. 

Así que por favor no hagan anuncios mentirosos al afirmar que comenzarán las clases por internet en todo el territorio nacional, ya que puedo confirmarles que ese tipo de anuncios sólo pueden hacerlos los presidentes de Europa y Norteamérica a donde sus expertos han ido a estudiar la pobreza colombiana. Expertos que de paso deben empezar por no hacerle el juego a la corrupción y ya que recibieron el privilegio de viajar a adquirir nuevos conocimientos, es hora de que los pongan al servicio de los más necesitados y se acerquen a ellos para escucharlos y enterarse ¿en qué condiciones viven?, ¿cómo sobreviven? y ¿qué necesitan para poder existir? y todas las demás preguntas que ustedes como expertos no pudieron hacerle a los colombianos pobres porque estaban estudiando en el exterior.

Lastimosamente hay que decirlo, la pandemia de ésta, cada vez más virulenta y prolongada corrupción, no solo tiene que sacar lo peor de cada colombiano, sino que así como nuestros antepasados construyeron barrios y ciudades enteras a punta de bazares y "cocacolas bailables” en medio de la guerra; es el momento que tanto experto varado ponga a prueba eso que aprendió en costosos cursos en el extranjero como: “La importancia del agua en la navegación” y ponga su conocimiento al servicio de sus propias comunidades que sin exagerar mueren de hambre, mientras el Presidente y sus ministros emiten noticias mentirosas sobre un progreso que no se vé, porque no existe, pues cada día parece que avanzamos hacia el abismo…

¿Cuántos niños y jóvenes recibirán clases escolares por internet en esta pandemia? No se necesita ser experto para responder: Los mismos de siempre, los que tienen un papá y una mamá que trabajan y viven en ciudades principales, los hijos de los que negocian en la política, los hijos de los traquetos y mafiosos, los hijos de esa clase media que naufraga por fiar en todas partes para no volverse pobre y los hijos de la gran clase corrupta del país. Porque el resto de niños, es decir, ese 90% de pobres que viven escondidos en pueblos y veredas perseguidos por la guerrilla, paramilitares, delincuencia organizada y el mismo ejercito nacional para no ser reclutarlos y servir de carne de cañón en esta guerra desmedida y salvaje; ellos simple y llanamente para nuestros gobernantes: ¡NO EXISTEN!