Cuatro millones de colombianos buscan a sus papás policias, militares, paramilitares y guerrilleros

16 Junio, 2021

Por ALEJANDRO MUÑOZ GARZÓN

Irónicamente, mientras vemos como crece el odio visceral hacia la policía, a cuyos miembros acorralan los manifestantes para incinerarlos vivos o matarlos a palo, patadas y puñaladas; personalmente me pregunto si ese odio expuesto con toda la ira e intenso dolor por muchos jóvenes, no es otra cosa que la respuesta furiosa y ofendida de una juventud abandonada por todo lo que significa su Figura Paterna.

Vivimos un proceso histórico de cambio, en el que ante tantas ausencias paternas, los jóvenes las capitalizan hoy desde el abandono y el desafecto y la convierten en fuerza de esperanza para transformar y dar un sentido distinto a su futuro. Esos chicos que hoy luchan por su cambio, son el resultado de amores inconmensurables de jóvenes engañadas, vulneradas y abandonadas que la sociedad mojigata por fin les reconoció el titulo de Madres Solteras después de luchar solas por los últimos 30 y 50 años; y otra parte de ellas, sus compañeros les fueron asesinados o simplemente desaparecidos sin ninguna explicación satisfactoria e igual siguieron solas sacando sus hijos adelante.

Esa juventud que hoy lucha arrogante y decidida en primera fila no ha conocido en toda su corta y dolorosa vida a un "Padre de la Patria” defendiendo sus derechos, por el contrario, ha visto a los "Padres de la Patria" durmiendo mientras hacen las leyes, robando y haciendo parte de una clase corrupta, pues la figura paterna se ha corrompido y casi extinguido con gran aceptación, asi como hemos aceptado la violencia de miles de hombres amotinados en las selvas, secuestrando, asaltando y delinquiendo mientras aquellos padres auténticos y comprometidos que aún quedan, se aferran a la idea de seguir luchando para mantener ideales de unidad y afecto, batallando con todas sus fuerzas en ese mar de indecisiones que ofrece hoy un vivir diario en pandemia, inseguridad, desempleo, hambre, pobreza, incertidumbre y total olvido paterno de nuestros gobernantes.

De esos siete millones de padres abandónicos buscados por sus hijos con desespero, ilusión, amor y miedo, cuatro millones fueron o son policías, soldados, pertenecieron a las distintas fuerzas militares, paramilitares o se sabe que fueron o son guerrilleros y hoy le deben a sus hijos por abandono, robo, engaño, falsedad, violación, o simplemente por rechazo, desconocimiento u olvido, no solo una explicación sino un abrazo de reconocimiento, aceptación y explicación para dar una primera curación a sus hijos, muchos de los cuales les buscan para aliviar no sólo traumáticos y dolorosos problemas mentales sino prolongadas y complicadas enfermedades físicas, muchas veces irreversibles.

(Abandónico es un neologismo bastante difundido por la psicología y la sociología, y se refiere a lo que tenga relación con el abandono, con sus consecuencias para el desarrollo emocional, a quien lo sufre y quien lo provoca).

Si nos damos cuenta, así como vive el país el drama de tener siete millones de padres abandónicos, se refleja idéntico el abandono de los “Padres de la patria” a los que poco y nada les interesa el caos de esa sociedad que los elige y de la cual ellos jamás se vuelven a preocupar, porque realmente no les importa y se repite entonces el drama diario durante las protesta del Paro Nacional, en la ya no vemos hijos buscando al padre, sino a los jóvenes clamando ser oídos y atendidos por esos "padres putativos” que elegimos y después nos abandonan.

Porque, ¿para qué sirve un padre? Bueno, en primer lugar nos brinda seguridad y sentido de identidad, saber de dónde viene uno y quien lo protege, ya es una garantía de sobrevivencia, crecimiento, independencia y éxito. Pensemos por un momento en aquellos hijos de esos siete millones de padres abandónicos. ¿Qué pasa con ellos? Con seguridad que sicológica y personalmente no deben estar del todo bien. Entonces siete millones de padres abandónicos más siete millones de hijos abandonados (sin contar que hay padres que abandonan tres, cuatro y hasta cinco hijos o más) serían 14 millones (mal contados) de personas llenas de problemas emocionales, dolor, angustia, resentimiento, miedo, pánico, depresión; en pocas palabras: enfermas. ¿Eso no debería importarle a nuestros padres de la patria?

Esta cifra de 14 millones de personas enfermas por falta de afecto paterno (endógeno y exógeno: porque muchos padres repiten lo que les hicieron sus padres y un altísimo porcentaje de hijos repetirán los que les hizo su padre; es decir, la sociedad reproducirá cíclicamente el ejemplar llamado: PADRE ABANDÓNICO), ¿es esta la respuesta silenciosa pero palpable de la inseguridad absoluta reinante?, ¿el irrespeto por todo orden establecido, la violencia, el machismo, la grosería y el anarquismo salvaje que nos ha llevado a la corrupción total en todos los estamentos sociales donde aquellos que hacen las veces de padres, como congresistas, gerentes, administradores, fiscalizadores, policías, soldados, militares y cuidadores se han podrido moral y mentalmente?

Ojalá altos mandos militares y de policía, aplicaran leyes contundentes contra los cuatro millones de padres abandónicos que han formado en sus orgullosas filas y tuvieran en cuenta este inmenso drama para fomentar desde las aulas policiales y militares una nueva educación a sus miembros, quienes antes que nada, deben ser educados para aprender a respetar y valorar a sus hijos y con ese aprendizaje podrán ser mejores cuidadores y defensores de los hijos de su prójimo, es decir, mientras no sean educados para aceptar, reconocer e integrarse con hijos abandonados, no servirán para proteger a su pueblo, por aquello de que: “Los hijos forman parte de los talentos divinos por los que un día, tarde o temprano, debemos responder” frase inspirada por mi, concluyendo las enseñanzas de un hombre clavado en un cruz marca INRI hace más de dos mil años.

Si a alguien debemos felicitar y agradecer es a esos siete millones de hijos abandonados y las fuerzas Militares deberían dar una medalla al valor a esos cuatro millones de hijos que siguen buscando a sus padres en las filas de uniformados que hipotéticamente luchan por la paz y la tranquilidad de sus conciudadanos pero mantienen en el caos, la incertidumbre y el limbo afectivo a sus propios hijos que hoy no tendrán el abrazo de su padre, de quien unos no saben el nombre, otros no conocen, muchos creen muertos y en su gran mayoría simplemente extrañan en silencio. 

Bien vale la pena aprovechar estos últimos renglones para confirmarle al Señor Comandante General de las Fuerzas Armadas de Colombia y al Director General de la Policía, que existe una relación estrecha entre los hombres que permanecen en sus filas negando, rechazando u ocultando hijos y el número de uniformados que cometen excesos, delinquen o traicionan el uniforme; ya que un ser que es capaz de negar un hijo, sin lugar a dudas es capaz de cualquier otra cosa negativa en su vida.

¿Qué instituciones nos cuidan y protegen, si sus miembros empiezan por menoscabar, vulnerar y violar la vida, honra y bienes de sus propios hijos? Por ahora en este día del padre hagamos un llamado de atención a aquellos padres abandónicos policías, soldados, militares y uniformados de nuestras fuerzas militares que celebran el día del padre sabiendo que tienen hijos ocultos o abandonados en alguna parte. Algo similar a participar o practicar un secuestro. Por eso, no se alcanzan a imaginar cuánto bien darían a esos hijos que los buscan y cuánto bien generarían a ellos mismos al liberarse de semejante peso moral.

Por ahora gracias a los hijos abandonados por entender y seguir buscando a sus padres. Ese entendimiento y afecto redunda en paz para un país martirizado y lleno de dolor en el que lo primero que pierden muchos al llegar a este mundo es la identidad y el vínculo paterno; algo que a nadie importa, algo que se volvió común y algo que no lo enseñan en ninguna escuela porque ya la mayoría lo sabe de memoria y se volvió cultura: ser padre abandónico. 

Acaso… ¿No le dice nada al presidente Ivan Duque la cifra de cuatro millones de policías, soldados y uniformados de sus Fuerzas Armadas como integrantes del grupo de PADRES ABANDÓNICOS?