¿Cuánto se perdió en las EPS?

18 Enero, 2023

Por GERMÁN NAVAS TALERO Y PABLO CEBALLOS NAVAS

 La crítica es un derecho que tenemos todos cuando algo no nos gusta o nos afecta. Sin embargo, la misma debe ser razonada y justificada. El uso de las buenas palabras es fundamental en una crítica que aspira a ser recibida con interés por el inquirido.

 

Algo que los colombianos seguro quisieran saber es por qué se creció tanto la deuda de las EPS si al trabajador oportunamente le descuentan su aporte; el patrono puntualmente consigna su parte y la ‘lanita’ que debía llegar a quienes prestan efectivamente los servicios se queda en un punto medio. Lo que es verdad y puede ser comprobado fácilmente en internet es que, a corte de este año, las EPS en liquidación adeudan a los hospitales más de cinco billones de pesos, mientras que las EPS liquidadas dejaron acreencias por 27 billones de pesos y las prestadoras activas tienen deudas por el orden de los 16.6 billones de pesos. Cuando uno ve el descaro con que se maneja esta plata, piensa –como contribuyente del sistema– que quizá resultaría mejor si nos dieran el dinero a nosotros para irnos a jugar jackpot en un casino estadounidense y con un poco de suerte nos llevaríamos lo que un gringo afortunado se ganó por estos días: ¡un billón y pucho de dólares! Aquí entre nos, nos preguntamos ¿no les darán algo de pena estas cifras a quienes se precian de defender el sistema de salud actual? Si de fútbol hablamos… pelotas no somos ni seremos nosotros.

–Cambiando de tema– Que hay locutores que serían buenos copistas, los hay; y desafortunadamente para ellos, jamás podrán ser buenos locutores. Algunos de estos colegas –y les decimos colegas porque Germán es miembro de la ACL– resolvieron que para agringarse más no dicen “año dos mil veintitrés” sino “veinte veintitrés”. Todo por acomodarse a los usos estadounidenses, incluso cuando estos no son propios de la lengua hispana. Compañeros, con el debido respeto, no sean tan ‘farolos’.

Y ya que hablamos de medios, vimos en un artículo que se confunde fácilmente con publicidad política pagada una información sobre el traslado de las redes de acueducto para construir el sueño de Kike: el consabido metro elevado. Si están volviendo a Bogotá una melodía para satisfacer los caprichos de sus gobernantes actuales y pasado ¿se imaginan cómo la van a dejar dentro de diez meses, al tiempo que elijamos el próximo alcalde? Desde ahora decimos que votaremos, apoyaremos y acompañaremos al candidato que públicamente sostenga que no actuará conforme a los deseos de la alcaldesa, y que obrará con independencia, a diferencia de su antecesora quien se limitó a ser albacea testamentaria de su predecesor. Ese candidato aún no tiene nombre, pero quien quiera que sea puede contar con nuestro respaldo.

–Una regional– Cuando criticamos la desidia total con la que se ha manejado el departamento de La Guajira se nos suele tildar de cachacos centralistas e ingratos. Aun con los calificativos, lo único que pedimos es que dejen de robarse la infancia de los niños que habitan en esa región. No puede ser que ellos estén condenados a pasar sus días atravesados en una vía nacional –que se asemeja más a un camino de herradura– cobrando ‘peajes’ a los visitantes; así como tampoco es aceptable que deban trabajar y por ello dejar de asistir a la escuela. No puede ser esa la única vida posible. Y no es despotricando de Bogotá o de los funcionarios que desde aquí se despliegan para asistir a los comunidades locales como se resuelve esto, sino con controles; proyectos; incentivos; inversión estatal. Lo anterior acompañado de una verdadera transformación en las prácticas, usos y abusos que se han instalado y arraigado en el departamento. Eso no es centralismo, es sentido de justicia y lo que dicta el sentido común.

Otra de las vergüenzas de Colombia, distinta al derroche de tiempo en la ‘autopista’ Melgar-Bogotá del que hablamos la semana pasada en esta columna, es la conocida Ruta del Sol, la cual completa más 30 años en construcción. El serrucho y la politiquería la han convertido en una vía terciaria pero con la demanda de vía nacional, pues conecta dos de los puertos más grandes con el centro del país donde habita la mayoría de los colombianos. Si alguno de ustedes no está de acuerdo con lo afirmado, bien pueda redactar una columna en defensa de la infraestructura vial de la Nación y con gusto le cedemos nuestro espacio para que exponga sus posiciones. Mientras tanto, nos sostenemos en que en materia de vías pareciera que estamos en kínder.

Ahora en materia internacional, los gringos sí que son divertidos. Fueron capaces de inventar amenazas y enemigos con tal de poderse tirar otro país y ahora, con tal de tirarse a Biden, se han inventado un complot, supuestamente ideado por él desde cuando era vicepresidente, consistente en la remoción de documentos secretos de los archivos nacionales. Muchos de esos documentos que se acusan como secretos y que fueron hallados en la residencia privada del ahora presidente son en realidad de acceso público. Chistoso, ¿no? ¿Quién va a ser tan idiota de dejar en el baúl de su carro un cartapacio clasificado como secreto? A nuestro juicio, está en curso un ardid de la extrema derecha contra un presidente demócrata quien, aunque está lejos de ser perfecto, es notablemente más liberal que su antecesor.

Lo último y terminamos. Este fin de semana estuvimos descerebrándonos con la cantidad de usos que tiene una puerta. La puerta sirve para abrir una entrada, pero también para cerrar ese mismo acceso. La puerta abierta puede indicar que es permitido seguir, pero la misma con un dedo señalándola puede querer informar que debe largarse de allí. Cuando dicen que el amor le ha dado un portazo debe entenderse que ese corazón se ha cerrado, pero si se dice que el corazón está abierto no hay otra interpretación posible a una invitación para hacerse parte de la vida del otro. Así pues, nosotros les decimos a nuestros lectores: las puertas de esta columna están abiertas para recibir su felicitación y su voto de confianza y están igualmente abiertas a las voces de reproche. Que entre la crítica, siempre que sea independiente y libre de agravios. En materia política no somos “a”, o sea, apolíticos. El ciudadano pleno es aquel que se reconoce en democracia y se hace parte en las cuestiones de interés público.

Pásenla chévere esta semana. Si pueden, tómense unos aguardientes, y si quieren invitar, la puerta de nuestra amistad está abierta. ¡Hasta la próxima!

Adenda: Interesante un artículo de modas que leímos en la prensa en el que elogian los jeans que levantan el culo –perdón, la cola–, y que, según el articulista, son cotizados en el mundo por ser hechos en Colombia. Nos preguntamos qué estarán elogiando, si la manufactura o el efecto que produce en el cuerpo de las mujeres. De todas maneras, a dos manos, aplaudimos el diseño del jean colombiano. Seguro que si seguimos por esa senda continuaremos en el primer lugar entre los mercados y consumidores. ¡Viva el jean, y también el c…o!

Adenda II: Muy ansioso y angustiado se le ha visto últimamente al presidente de Asofondos, Santiago Montenegro, quien –según informaciones de nuestro periodista colaborador, Francisco Cristancho R.– esta semana se hizo entrevistar por el periódico del Grupo Aval (y de Porvenir) en la cual afirmó que teme que los jóvenes se afilien a Colpensiones. Con este tipo de actuaciones y, viniendo de quien viene, muy seguramente las afiliciaciones a Colpensiones serán en masa. Que alguien le diga al señor Montenegro que los jóvenes hace rato dejaron de tragar entero.

Anuncio meteorológico: ¡A comprar ruana se dijo! Algunos entendidos en asuntos climáticos sostienen que entramos en el fenómeno del Aphelion, durante el cual la Tierra estará a mayor distancia del Sol y por tanto se enfriará. Este enfriamiento, pronostican, durará hasta marzo. Los bogotanos llevamos dos años en un invierno incesante, así que podría decirse que el Aphelion lleva dos años en la ciudad o que su llegada no tendrá mayores efectos. Queremos aprovechar esta coyuntura para hacer publicidad de unas maravillosas ruanas que expende una compañera de Germán en el Polo Democrático, la señora Carolina Barón; alma y corazón del Partido y quien las elabora y vende a muy buen precio. No somos comisionistas, estamos promocionando la industria nacional.

Chisme de última hora: se nos dice que la alcaldesa Claudia López tiene listo el decreto para instaurar el cobro del impuesto al respiro; esto es, que por cada vez que respire en el territorio del Distrito Capital deberá tributar. Puede ser una inocentada tardía, pero lo cierto es que a este punto no nos sorprendería que fuera cierto.

Coletilla a cargo del ex-fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre Lynett: “La negativa de la Fiscalía General a suspender las órdenes de captura a miembros de organizaciones al margen de la ley que no tienen “estatus político” es un disparate.  La paz se puede pactar con grupos que no caben dentro del concepto de insurgencia. Ciertas estructuras organizadas que tienen unidad de mando y control territorial se consideran, a la luz del derecho internacional, actores del conflicto. Tampoco es plausible el argumento de que la ausencia de reglamentación especial para el sometimiento impide suspender las órdenes, porque existen procedimientos establecidos sobre el particular. Mientras no se emita otra reglamentación, la vigente debe aplicarse. De otra parte, las facultades que se le dieron al presidente no pueden interpretarse como parte de ejercicio de una política de sometimiento y deben leerse por fuera del marco procesal tradicional. Son atribuciones para “iniciar” políticas de acercamiento que después deben reflejarse —si es necesario— en cambios legislativos. Exactamente son ejercicio de la competencia del presidente como principal garante del orden público y la paz. Salvo que exista un error manifiesto, la valoración sobre las políticas de mantenimiento del orden público son del ejecutivo. El fiscal está usurpando una función presidencial, no es el presidente quien limita la autonomía del poder judicial, fue la ley. Limitación que es posible cuando hay conflicto entre la paz y otros valores constitucionales. Hay muchos argumentos y vías judiciales para lograr la suspensión de las órdenes, acciones que deben provenir directamente del presidente. No le cabe otra alternativa a Gustavo Petro que instaurar una tutela contra la Fiscalía para proteger el derecho a la paz y el debido proceso, así como sus competencias constitucionales, vulneradas en forma manifiesta por Barbosa, quien se convirtió en francotirador al proceso como lo fue el nefasto Néstor Humberto Martínez. No podemos permitir que los apologistas de la guerra total sigan incendiando al país. Sí a la paz total.”