Colombia vacunará primero a los muertos

12 Febrero, 2021

Por ALEJANDRO MUÑOZ GARZÓN

No es un chiste. Sí Usted tiene un familiar muerto hace años, ingrese a los registros de "Mi Vacuna" del Sisben (Sistema de Selección de Beneficiarios Para Programas Sociales) y tras colocar allí el número de la cédula, del muerto, no se sorprenda sí el sistema le responde: “Prioridad Fase 1” es decir están llamando a ese fallecido para que se presente a 

recibir la primera dosis de la vacuna contra el Covid19.

Esta situación anormal en cualquier parte del mundo, es una verdad “de a puño” completamente normal en Colombia, donde ya es costumbre escuchar en época de elecciones que “votaron hasta los muertos”. Y así entre chiste y chanza, a lo largo de los últimos 50 años en medio de denuncias e investigaciones que jamás han llegado a ninguna parte, nuestros muertos han elegido concejales, diputados, senadores, alcaldes, gobernadores, presidentes, han participado en el plebiscito del NO, han votado consulta anticorrupción y harán revocatorias. 

Es decir, en pocas palabras: “los vivos” encargados de los actos electorales, vivieron, viven y vivirán de los muertos, quienes para muchos actos de repartición han sido “favorecidos” con mercados, subsidios, becas, viviendas y un sin número de regalos gubernamentales a través de oficinas como Familias en Acción y juntas de acción comunal, que lógicamente jamás llegaron a sus manos, ni mucho menos a manos de los herederos, pero que los gobernantes de turno informan que entregaron y la verdad verdadera es que, todos esos beneficios jamás se sabe a dónde van y mucho menos la platica. O mejor dicho, muchos si saben qué es lo que sucede con aquello que es de los muertos pero jamás se atreven a decir nada, por aquello de que los muertos se dejan quietos y es mejor no hablar de eso o "nos pueden poner a chupar gladiolo también”

Vaya sorpresa la que se pegó el Abogado Luis Colmenares, conocido jurisconsulto y abanderado de la defensa de los derechos civiles tras la misteriosa muerte de su joven hijo; quien al llegar a su patria chica Villanueva, Guajira; se dio cuenta que su abuela Doña Evelina Daza fallecida el 4 de Febrero de 1.969, es decir hace 42, todavía aparece viva en el registro civil de Villanueva y aparece como “Prioridad 1 Fase” en los listados de Mi Vacuna en el Sisben, lo que le llevó a concluir al reconocido hombre en derecho, que su abuela durante 40 años ha “votado" y ha reclamado beneficios a través del Departamento De Prosperidad Social, y se pregunta una y otra vez: "¿quién sabe cuántas veces?” y en tono sereno confirma: “Ya nada me asombra, estoy seguro que alguien se beneficia con todas estas irregularidades, por supuesto que se benefician…”.

Y ahora, antes de que todo se vuelva cuento y burla como se acostumbra en Colombia para tapar la corrupción, la gran pregunta que debemos hacer es:

¿Qué harán con la vacuna que supuestamente es para un muerto, pero como es lógico el muerto no asiste a ponérsela? Allí es donde hay que aclarar las cuentas y solicitar que las autoridades fiscales estén atentas a confirmar si, las vacunas no colocadas son regresadas como remanente para que se las pongan a otros pacientes o si, definitivamente las reportan como colocadas y colorín, colorado, el cuento se ha acabado. Porque seguramente no hay policía suficiente para colocarle a cada funcionario que manipule vacunas y “Es allí es donde está el detalle”, como decía Cantinflas, y muy seguramente, me permito adelantarme a decir que el negocio de las vacunas ya está rodando.

Como investigador durante 25 años he sido testigo en los propios archivos de la Registraduría Nacional del Estado Civil, no solamente de cómo votan los muertos, sino de como cuando uno les informa que tal o cual persona ya esta fallecida, la persona sigue activa en listados de elecciones, según ellos hasta que un funcionario autorizado, les confirme que la madre de uno ya no es de este mundo.

En mi caso, llevé la cédula de mi madre, el acta legal de su fallecimiento y el certificado del levantamiento del cadáver en el año 2009 y no quisieron retirar la cédula según la razón del funcionario de turno: “porque es un juez o un notario el que tiene que enviar un edicto” Me pregunto, qué diablos tiene que ver un juez, cuando uno cumple con todos los requisitos legales para retirar una cédula de ciudadanía de un fallecido, y la respuesta me la dio alguien dentro de la propia institución “hermanito, es época de elecciones y aquí no van a mover el Censo Electoral por darle gusto a Usted. Haga ese reclamo después de elecciones, cálmese…”

No hace mucho, vino alguien a mi para contarme: “Parece que mi madre probablemente fallecida hace 35 años estaba viviendo en Soledad, Atlántico o en Lebrija, Santander; y al investigar a través de bancos de datos en esas municipalidades; encuentro con sorpresa que la persona fallecida no solamente aparece activa en Soledad, sino que la cédula había sufrido doble trashumancia, es decir aparece en dos partes a la vez y cuando le pregunté por teléfono al funcionario que me ayudaba en la investigación desde una de la Registraduría municipal, en tono jocoso me respondió: 

“…hombre tu sabes que los muertos, tienen el poder de la ubicuidad. Espérate que estés en el más allá y te darás cuenta…” (risas).

Hay que decirlo, en Colombia todo se vuelve risa. Esa tan alabada propiedad colombiana de reponernos con buen humor a cualquier desgracia, ha hecho que realmente, el humor se convierta en un somnífero para que nadie reclame y el acto corrupto se convierta en algo anecdótico y sin importancia, por lo que de tanto repetirse y tratarse con burla y chiste entre nosotros mismos, pierde fuerza y envuelve en una gran coraza que protege al corrupto para beneficiarlo con el olvido de autoridades y con su respectivo descuido, hace que delitos de corrupción electoral como poner a los muertos a votar, ahora a vacunarse, trasteo de votos (trashumancia) y doble cedulación, definitivamente han beneficiado, beneficia y beneficiara, primordialmente a todos aquellos que “trabajan” para ser elegidos.

Porque: ¿A quien beneficia realmente mantener durante 50 años un censo electoral atiborrado de irregularidades y sobre todo con millones de cédulas vigentes y activas de nuestros muertos? La respuesta no es otra, sino: a la clase política. ¿Por qué Colombia es el único país que para nada vislumbra la más leve luz de esperanza que se contemple la más mínima posibilidad de aceptar el voto electrónico? Es otro de los temas tabú, que amenaza la estabilidad de una clase corrompida e infestada de trampas para lograr carreras políticas y constituir cacicazgos que mantienen poderes gamonales similares a las monarquías, pues han sido heredadas y seguirán siendo heredadas generación tras generación.

Mientras jóvenes e inexpertos funcionarios fiscales buscan los muertos rio abajo en los archivos de las Registradurías, y mientras las Registradurías sólo se preocupan de promocionar el cambio de cédula, yo quisiera aprovechar ésta oportunidad para proponer una higiénica y pacifica exigencia acompañada de la siguiente actitud:

Digámosle al gobierno de turno que no iremos a las urnas hasta tanto no tengamos el Voto Electrónico y que una junta de estudiosos ancianos nuestros asesorados por un foro de expertos internacionales, nos confirme que el Censo Electoral ha sido limpiado y no contiene muertos, ni cédulas “gemeliadas” y trashumadas activas para elegir.

El novelista y político Francés dijo: “La muerte sólo tiene importancia en la medida que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida.” No es posible, ni aceptable que sigamos permitiendo que los corruptos sean elegidos con el incalculable valor que deben tener nuestros muertos, no quiero pensar como piensan muchos que en Colombia “la vida no vale nada” y tampoco la muerte.