Las manifestaciones y choques, en las que han sido detenidos 1.500 sospechosos de alentar la violencia, se originaron tras la muerte de un popular cantante de la etnia oromo.
"A causa de los disturbios que hubo en la región, nueve policías, cinco miembros de las milicias y 215 civiles perdieron la vida", anunció en la televisión estatal el jefe adjunto de la policía de la región Oromia, Mustafa Kedir. La policía de Adís Abeba indicó previamente que murieron diez personas en la capital, entre ellas dos policías.
Adís Abeba y la región de Oromia que la rodea vivieron la semana pasada los peores enfrentamientos desde la llegada al poder del primer ministro Abiy Ahmed en 2018, miembro de la etnia oromo. Los enfrentamientos empezaron con el asesinato del conocido cantante Hachalu Hundessa, portavoz de los oromo, que murió por disparos de desconocidos en Adís Abeba el 29 de junio.
El entierro el jueves pasado de Hachalu Hundessa, retransmitido por televisión.
Entre los 239 muertos, algunos murieron en la represión de las manifestaciones por las fuerzas de seguridad y otros en enfrentamientos entre miembros de varias comunidades, según las autoridades. Mustafa también alertó de "importantes daños y saqueos". "Para controlar esta agitación más de 3.500 sospechosos fueron detenidos. Se trataba de elementos opuestos a la paz que llevaron a cabo ataques usando la muerte del artista como pretexto para desmantelar por la fuerza el sistema constitucional", declaró.
El ambiente en la capital de la región de Oromia era este miércoles de tensa calma, con internet bloqueado desde hace diez días para evitar la organización de nuevas protestas a través de las redes sociales. La violencia ha puesto de manifiesto las tensiones étnicas en Etiopía y la fragilidad de la transición democrática de Abiy, premio Nobel de la Paz en 2019.