Autódromo para jugar fútbol

30 Marzo, 2023

Por GERMÁN NAVAS TALERO Y PABLO CEBALLOS NAVAS

 El político sinvergüenza miente, se ríe y te saluda como si nada.

En este país chistoso, la diferencia entre un autódromo y un burródromo está en quien proponga la obra. Ya estaba casi terminado o finiquitado, como dirían los civilistas– el trabajo para sacar adelante el autódromo de Bello en el departamento de Antioquia. La FIA había dado su beneplácito a la construcción y auguraba ser un paso más en el avance del automovilismo nacionalque, junto con el ciclismo, son los deportes de mayor renombre para Colombia. Según puede verse en la denuncia de la Red de Veedurías Ciudadanas de Colombia, que dirige nuestro colega y amigo Pablo Bustos, hubo un verdadero elefante dorado” en el que se habrían invertido 200 mil millones de pesos y que ahora corre el riesgo de quedarse en un simple parque metropolitano como pretendía la gobernación de Aníbal Gaviria. Como puede verse en el cuerpo del documento, se pide la intervención del Contralor General de la República y de todas las autoridades competentes, pues no hay derecho a que se dilapide el capital de todos y se frustre la justa aspiración de una comunidad que esperaba con ansias este espacio. Además, recordemos que el departamento de Antioquia ha prohijado a algunos de los mejores exponentes del automovilismo nacional. De hecho, a la preinauguración” del autódromo que se llevó a cabo a finales de 2020– asistieron Juan Pablo Montoya y Roberto José Guerrero. 

Sabemos que el sueño de este autódromo lo tuvieron también personas como Oswaldo Fajardo y José Clopatofsky. A este último le preguntaremos en próxima edición su concepto sobre lo denunciado y transcrito líneas arriba. No lo hacemos ahora porque supimos que se encuentra en recuperación de una pequeña intervención quirúrgica, por la que le deseamos una rápida mejoría. Por otra parte, le insistimos a Oswaldo Fajardo que no llore, que el autódromo aún puede salir adelante de la misma forma en que él está sacando adelante su museo del automóvil en cercanías a La Calera. –Pronto iremos a visitarte en compañía de José y te gorrearemos almuerzo, Oswaldo–.

Otra cosa que parece que se hundió –esta sí para bien– fue la reforma política con auto-reelección de congresistas, listas cerradas como la mente de muchos políticos– ytoda suerte de trincas únicas. No sabemos qué barbaridad tengan en mente estos líderes, pero estamos seguros de que lo que vendrá en reemplazo de la reforma tendrá como propósito principal su beneficio. Los únicos responsables del fracaso de esta iniciativa legislativa son quienes la idearon, pues antepusieron sus intereses personales y partidistas a una mejoría real en la práctica política del país. En todo caso, se pregunta uno qué de bueno puede tener una reforma en la que han metido sus manos los turbayistas, junto con uno que otro uribista, quienes en conjunto solo pueden hacer algo tan espantoso como un injerto de Claudia López y Enrique Peñalosa.

Con la cantera afuera, o más claro, con la piedra ídem, debe estar el señor fiscal general el segundo funcionario más importante del país y el más capaz en su criterio– tras la solicitud que le hizo el gobierno para que rinda cuentas sobre los bienes entregados por los narcotraficantes y paramilitares o cuyo dominio ha sido extinguido. Como andaba ocupado intrigando con la señora procuradora y posiblemente conspirando en contra del gobierno, la petición no pudo llegar a peor hora. Y como es sabido, a este fiscal no le gusta dar explicaciones de nada y a nadie, lo cual no aplica él en su trato con los demás, contra quienes usa y abusa de sus poderes.

Viajar a la otra vida, dicen algunos, no será tarea fácil para un colombiano, pues no tiene aerolínea con la que viajar. Con Viva Air fuera, Ultra a punto de cerrar definitivamente sus puertas y Avianca, liberada hace tan solo unos meses de la quiebra en EE.UU., no queda alternativa distinta a recurrir a una línea extranjera para efectuar ese último viaje. No nos ha quedado claro, fuera de los viajeros, quién más salió “landrado” con el negocio de Avianca y Viva Air que fue autorizado recientemente por las autoridades, pero sabemos que como es costumbre, perdimos los consumidores.

Para cerrar, damos crédito al siguiente trino de José Clopatofsky, que transcribimos por tratarse de una situación que nos preocupa: [c]ompletamos 25 días sin poder sacar los automóviles porque la obra del IDU es paquidérmica o la hacen a pedazos. Seguimos todos los habitantes de este edificio y los vecinos bloqueados. Calle 92 con carrera 18. Inaudito.” Aunque a nosotros no nos resulta sorprendente esta clase de retrasos en las obras de la alcaldía presidida por la señora López, sí es llamativo el grado de desidia necesario para permitir que una obra de andenes se demore dos años y contando. A buena hora los vecinos del sector han resuelto unirse y exigir respuestas a las autoridades. Y ya que hablamos de Bogotá, reproducimos un trino del concejal Diego Cancinoel cual encontramos certero: Bogotá se volvió un lucrativo negocio condicionado a privados que financian campañas: la movilidad la manejan unos operadores que se están enriqueciendo, la operación del metro también se la van a dar a privados, las basuras ya están condicionadas y la ETB favorece privados.

Adenda: como estamos en cercanías de Semana Santa, nos vemos obligados a precisarle a los uribistas antioqueños que el Domingo de Ramos no es una fiesta por el exgobernador Luis Alfredo, sino un festejo que hacen los cristianos en homenaje al hijo del Señor, pero no del señor Ramos. Para mayor ilustración, consulten el Nuevo Testamento.

Adenda II: –enviada por nuestro periodista colaborador, Francisco Cristancho R.,–

“Ante el exagerado deterioro de la malla vial en Bogotá algunos ciudadanos decidieronmeterse la mano al dril y empezar a tapar algunos de los miles de huecos que ‘adornan’ las vías capitalinas. Al enterarse, el director del IDU, Diego Sánchez, advirtió que es esa la única entidad autorizada para llevar a cabo este tipo de obras. El problema es que un mes atrás el mismo funcionario reveló que el Instituto de Desarrollo Urbano no cuenta con los recursos suficientes para esa tarea; o sea que los bogotanos estamos cada vez peor. El lema del IDU sería entonces: ni hago ni dejo hacer. ¡Plop!”

Hasta la próxima semana.