A los futuros inquilinos de la casa presidencial se les hará firmar contrato de arrendamiento a término definido

23 Agosto, 2022
  • Hay quienes, para mostrar sus cualidades, solo tienen como punto de comparación los defectos de sus enemigos.


Por GERMÁN NAVAS TALERO Y PABLO CEBALLOS NAVAS

Como estamos en épocas de cambio en la interpretación de las palabras, para unos una cosa es una cosa y para otros, esa misma cosa, es otra. Por ejemplo, para todos nosotros atraco es lo que puede llamarse hurto calificado por la violencia, pero tras leer un tuit del senador Fabián Díaz (@FabianDiazPlata), concluimos que además de ser sinónimo de hurto, atraco es la palabra precisa para denominar un peaje. Para Fabián, los peajes son un atraco y un negocio abusivo, pues se cobran hasta en algunas carreteras sin pavimentar y llenas de huecos. Su propuesta, comprendida en el Proyecto de Ley 024 de 2022, establece que la distancia mínima entre dos peajes debe ser de al menos 150 kilómetros lineales. El espíritu de este proyecto no es otro que el de acabar con vagabunderías como la que se presenta en la vía Cali-Pereira, interrumpida por cinco peajes. Desde esta tribuna le enviamos un abrazo a Fabián y nuestras felicitaciones por su iniciativa, le debemos una oblea con bastante arequipe.

Por otra parte, todo parece que con el nuevo gobierno la Superintendencia de Notariado y Registro se ‘desvallenateó’, es decir, ya no será más propiedad de los nacidos en Valledupar o municipios circunvecinos. Como nuevo Superintendente fue designado el gran amigo Roosvelt Rodríguez (@RoosveltRodri), oriundo de Bugalagrande (Valle del Cauca) y hasta hace poco senador de la República. A diferencia de algunos notarios de mala fe, Roosvelt sí puede dar fe.

Y este es un vainazo para mi compañero Pablo: en un correo que recibí dice quien lo envía, “me recuerda las palabras de mi profesor Ciro Angarita, quien decía, “ustedes los uniandinos de frente a Monserrate y a espaldas del país”. Ocampo el ministro también es uniandino y a veces parece olvidar que esta es Colombia y no Columbia.” Dentro de las locuras que se le ocurrieron al nuevo Ministro está una prohibición de hacer pagos en efectivo por valores que excedan los 10 millones de pesos. Ello quiere decir que a la vuelta de tres años todos tendremos que ser clientes de Luis Carlos Sarmiento Ángulo o de los Gilinski, quienes gozarán de lo lindo cobrándonos ya no peajes sino “servicios financieros”, como darnos el saldo, entregarnos una chequera, reemplazarnos el plástico o por el simple hecho de devolvernos nuestra plata a través del cajero automático. El corresponsal que envía la referida comunicación sostiene que la mejor brincada a los impuestos en la historia de nuestro país la hicieron quienes vendieron Bavaria y le cambiaron el nombre al contrato de compraventa para no pagar la tarifa impositiva que les correspondía. ¡La suerte de ser amigos del presidente de la República de ese entonces!

Muy interesante nos pareció el reporte de Daniel Coronell en el que contó cómo Iván Duque, en uno de sus últimos actos de desgobierno, resolvió premiar con comisiones al exterior –pagadas con los impuestos de los colombianos– a todos sus escoltas y demás centuriones o guardaespaldas, para que se tomen unos días de descanso del trajín que fue acompañarlo mientras hacía cabecitas, ‘veintiunas’ o solos en guitarra. Y ya que hablamos de la familia Duque, no sabemos si Gustavo Petro, el nuevo presidente, ya dio poder a un abogado para que adelante el proceso de restitución de bien inmueble. Decimos esto pues escuchamos en el Reporte Coronell que la señora que vestía de astronauta –como pueden ver en la foto al final de este párrafo–, doña María Juliana Ruiz, se negaba a hacer entrega de la residencia privada al interior de la Casa de Nariño hasta tanto el mandato de su esposo terminara, por lo cual el señor presidente y su esposa han tenido que dormir en una “carpita” situada en la Plaza de Armas. Se requiere con urgencia que la señora Ruiz saque sus alhajas y muebles para que la nueva familia presidencial pueda cambiar los tendidos de las camas y hacer de ese frío palacio su hogar. Pena debería de darle a la señora Ruiz y a su esposo semejante acto de descortesía con Verónica Alcocer y con sus hijos, entre ellos una menor de edad. En lo sucesivo, ¿será necesario indicar que la Casa de Nariño recibe a la familia presidencial solo durante el periodo legal del primer mandatario? Ahora la sobaquina tendrán que aguantársela los residentes de Sierras del Moral, conjunto donde el señor Duque y su familia tienen una vivienda. Como suponemos que la tendrían arrendada, estará en trámite el desahucio que por poco hay que promover contra ellos.

 

Consultando el catecismo del padre Astuto, perdón, Astete, encontramos que, según el Génesis, Dios dijo un día “hágase la luz” y ese mismo día las empresas de energía empezaron a cobrar lo que se les dio la gana. ¿Error de Dios haber creado la luz y no haberle puesto un contador al universo? Igual pifia cometió cuando separó las aguas, pues inmediatamente la cuenta del agua la unieron a la de las basuras y el servicio se encareció. Hemos concluido los autores de esta columna que las pifias en los servicios públicos tienen como único responsable al Supremo Hacedor. ¿Cómo es posible que no se le haya ocurrido desde un principio la energía solar o eólica? Mucho habría abaratado el costo de la factura.

Y hay otro tema sobre el que tiene incidencia el Creador, veamos: el que todo lo puede en la tierra, o sea Álvaro Uribe, un día decidió que la nocturnidad comenzaba a las 10:00 de la noche, contradiciendo la lógica visual, y que solo a partir de esa hora se pagaría recargo a los trabajadores. La conclusión obvia es que Uribe se atrevió a cambiar hasta el horario de Dios. Ahora viene el reversazo: el presidente Petro dice: “No señor. El día termina a las 6:00 de la tarde y después de esa hora hay trabajo nocturno sometido a un pago incrementado.” Obvio es que cuando se separó el día de la noche y surgieron las horas extras, aparecieron los sindicatos a cobrarlas.

De la otra vida nos llegó un memorial en el que el Ángel de la Guardia de todos los uribistas está reclamando horas extras pues con esos guaches es mucho lo que tiene que trabajar. No sabemos si el mandato de Petro sea de estricto cumplimiento para los ángeles del demonio –así como para los del cielo–, pero de una vez por todas, la noche empieza en la noche: cuando el reloj marca las 18:00 horas.

Adenda: esta semana el colmo del cinismo lo protagonizó Miguel Polo Polo, quien no es del Polo Democrático ni del Polo Norte ni del Polo Sur. En los círculos políticos se le conoce como “el rascaespaldas de la Cabal”. Y vaya que Cabal requiere que le rasquen la espalda, pues ‘cepilleros’ como Polo Polo quedan pocos. Se dice que no se sabe quién tiene peor gusto, si la Cabal, quedándose con Polo Polo, o este, racándola a ella. Juzguen ustedes. Y a todas estas, ¿será que al señor Lafaurie no le dan celos de ver a este muchacho consintiendo a su amantísima esposa? Citamos, por ingenioso, este tuit al que pueden acceder dando clic acá.

La coletilla de hoy, a cargo del ex-magistrado y amigo José Gregorio Hernández: “Paz, igualdad, justicia, orden, seguridad, Estado social de derecho, buen gobierno…, objetivos imposibles de alcanzar si no se tiene, como primer y fundamental principio, el respeto a la dignidad de la persona humana.”